Chaplin celebra a Charlot en su primer siglo de vida

Domingo, 12 de octubre de 2014 | e6d.es
• Con motivo del centenario del nacimiento de este personaje, la editorial Lumen recupera la autobiografía del actor y cineasta

En la década de los cincuenta, en plena Guerra Fría, la caza de brujas del senador McCarthy llegó hasta Charles Chaplin, quien fue acusado por el gobierno estadounidense de ser comunista (y, por lo tanto, traidor). A causa de esta persecucuión política, el cineasta tuvo que abandonar su país de adopción, al que se había trasladado do en la primera década del siglo XX. Pocos fueron los titulos que realizaría después de exiliarse a Suiza, en 1953, donde murió en 1977. «Mis amigos me han preguntado cómo me las arreglé para suscitar esta hostilidad de los americanos. Mi estupendo pecado fue, si sigue siendo, mi carácter inconformista. Aunque no soy comunista me negué a seguir la corriente, y a odiarlos».
Este es uno de los pensamientos que Chaplin dejó plasmado en su autobiografía que comenzó a escribir en 1958 y que concluyó en 1964. Un texto que ahora recupera la editorial Lumen (fue publicado en España en 1965 por Taurus y en 1995 por Debate) para conmemorar el centenario de la creación de su personaje más emblemático, Charlot.
En esta autobiografía, el actor, director y compositor realiza un recorrido desde su dramática infancia londinense, en la que a sus escasos recursos se sumaba la delicada salud mental de su madre que tuvo que ser ingresada en un hospital, y la pérdida de su padre, que tenía graves problemas con el acohol, cuando contaba doce años, a su exilio en Suiza.
Además se hablar de su trayectoria cinematográfica, en sus multiples facetas -lo que incluye la creación de la distribuidora United Artist en 1919 junto a Mary Pickford, Douglas Fairbanks y David Griffith-, se sincera sobre temas más personales, como la fama, la soledad, el sexo (sus relaciones con mujeres bastante más jóvenes que él le causaron más de un problema), la amistad, la fe («creo que es una prolongación de la inteligencia»), el público o el patriotismo («me siento incapaz de experimentar un amor ferviente por el suelo patrio, pues solo con que se hiciera nazi lo abandonaría sinpena»). Leer noticia completa y ver hilo de debate en abc.es.