El IVA de los supermercados y los tomates de El Perelló

Los anuncios de Mercadona, Zara, Lidl y compañía de que no van a repercutir la subida del IVA a sus clientes son como las ofertas de aquellos hábiles vendedores en pesetas que cantaban “uno, 125; cuatro, 500″ y conseguían que los clientes con poca habilidad de cálculo se llevaran cuatro para ahorrarse lo que fuera. Con lo del IVA tampoco engañan a nadie, es una estrategia de marketing como otra cualquiera, basada en la falta de conocimiento de los mecanismos del mercado de la mayoría de los consumidores, que el 1 de septiembre comprobaron que muchos precios, efectivamente, no han variado con la subida del IVA, pero no se preguntan si subieron hace 15 días o si serán más caros el 1 de octubre. Picaresca, como la de varios clubes de fútbol que presumieron de no repercutir la subida del IVA en los abonos anuales, que se pagan en julio.
Los precios de venta al público son, en grandes líneas, la suma de los costes de producción, del margen comercial y el IVA, pero, sobre todo, de la ley de la oferta y la demanda. De manera que Juan Roig podrá mantener algunos precios durante un tiempo a costa de sus márgenes o los de sus interproveedores, ganando con ello competitividad, pero a medida que sus competidores incorporen el sablazo fiscal, Mercadona hará lo propio, porque iría contra toda lógica empresarial que pudiendo ganar 10 se conformase con ganar ocho. Cada uno vende al precio que puede, y si la subida del IVA tarda en llegar a los clientes no será por la generosidad de los empresarios, sino por oportunidad o falta de demanda. Oferta y demanda, como en los exquisitos tomates de El Perelló, uno de los placeres de quienes veraneamos en esta zona del sur de Valencia. Este año los he visto por primera vez en Consum -allí no hay Mercadona-, a 2,95 euros el kilo, precio que recoge coste de producción, transporte, lavado, margen del supermercado e IVA.  Javier Alfonso, delegado de ‘elEconomista’ en la Comunidad Valenciana.  Leer noticia completa en eleconomista