Toxoplasmosis, gatos y embarazo: medidas para prevenir el contagio

Lunes, 6 de julio de 2015 | e6d.es
• Gatos y personas pueden verse afectadas por esta enfermedad infecciosa
 

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa producida por un coccidio (parásito interno) llamado Toxoplasma gondii, que infecta prácticamente a todas las especies de sangre caliente incluidas las personas. Se trata de una infección muy frecuente: entre el 30%  y el 40% de la población mundial es seropositiva. La toxoplasmosis en personas puede presentarse de forma diversa.


La toxoplasmosis en personas
En personas inmunocompetentes, es decir, sanas provoca cuadros subclínicos o enfermedad leve con síntomas similares a la gripe.
En personas inmunodeprimidas (enfermos de SIDA, de leucemia o personas que llevan tratamiento con quimioterapia), pueden aparecer formas graves e incluso mortales que cursan con cuadros de neumonía, miocarditis y meningoencefalitis.
En mujeres embarazadas no expuestas previamente a T.gondii (seronegativas) la infección puede provocar abortos, muertes neonatales, malformaciones congénitas y secuelas neurológicas graves en el feto.

La gravedad del cuadro producido por la infección con Toxoplasma gondii durante la gestación varía con la edad del feto en el momento de la infección, siendo más grave en las infecciones contraídas durante el primer trimestre de gestación. En cambio, si la mujer embarazada ha sido infectada previamente a la gestación y, por lo tanto, presenta anticuerpos frente a T.gondii, nunca se producirá el contagio al feto ya que su inmunidad la protege frente a nuevas reinfecciones.
En España, la detección de anticuerpos frente a Toxoplasma gondii forma parte  de las pruebas rutinarias realizadas en las revisiones ginecológicas a las que asiste la mujer durante el embarazo.
 

La toxoplasmosis en gatos
La toxoplasmosis en gatos es una enfermedad poco frecuente. El gato representa el hospedador definitivo para este parásito y la gran mayoría de los gatos portadores no muestran nunca signos clínicos de enfermedad en el momento de la infección. Cuando éstos se producen, la gravedad del cuadro depende del órgano afectado y del grado de necrosis que el parásito origine.
 
En gatos inmunodeprimidos y gatitos puede provocar cuadros graves con neumonía, hepatopatías, pancreatitis, miocarditis y encefalitis.
En gatos inmunocompetentes ocasionalmente puede provocar cuadros de fiebre, miositis y enfermedad ocular.
 
Dado que el gato es el único animal que puede eliminar en las heces las formas infectivas del parásito T.gondii, es frecuente que los médicos y ginecólogos adviertan a las mujeres embarazadas o con planes de tener hijos sobre los peligros del contacto con los gatos.
Existen numerosas evidencias científicas que demuestran que el contagio de T.gondii a los seres humanos por contacto con las heces de un gato infectado es poco probable y que la gran mayoría de las personas que se infectan lo hacen a través de la ingestión de carne poco cocinada, de vegetales u hortalizas contaminados con ooquistes del parásito o por el contacto directo con suelos contaminados. Por tanto, es un error asumir que siempre que una persona se infecta con T.gondii, el origen de la infección ha sido el contacto con un gato.
Los gatos infestados por T.gondii son los responsables de diseminar el parásito al ambiente dentro de sus deyecciones, pero las heces de gato recién eliminadas no suponen un riesgo real de contagio, ya que contienen ooquistes no esporulados que no son infecciosos. Para ser infecciosos, los ooquistes deben esporular, lo cual sucede entre las 24 horas y los 5 días tras la deposición de las heces.
Durante la primoinfección por T.gondii, el gato libera ooquistes no esporulados a través de las heces durante una a tres semanas y, tras ello, queda como portador de quistes en sus músculos y vísceras. A partir de este momento no elimina ooquistes en las heces  y, por tanto, no supone un riesgo para las personas.
 

Los gatos se infectan de las siguientes maneras:
Ingiriendo carnes y tejidos infectados con quistes procedentes de carnes poco cocinadas.
Ingiriendo carnes y tejidos infectados con quistes procedentes de presas cazadas en su hábitat.
Bebiendo aguas contaminadas con ooquistes esporulados (agua de tiestos, ríos,etc.).
Durante la gestación, por diseminación transplacentaria en madres seronegativas.
Durante la lactación.
Mediante una transfusión de sangre procedente de un gato con infección activa.
 
Por estos motivos los gatos deben ser preferentemente alimentados con comida comercial. Cualquier otro alimento debe ser cocinado a altas temperaturas durante 10 minutos y en el caso de alimentarles con carne cruda, ésta debe congelarse a temperaturas inferiores a -20°C durante 2 días. No obstante, siempre es mejor evitar que coman carne cruda. Se debe intentar que no cacen mediante el uso de cascabeles que avisen  sus presas o controlando sus salidas bajo vigilancia.
 
Las personas se infectan de las siguientes maneras:
Comiendo carne poco  cocinada o cruda.
Manipulando carne cruda sin guantes.
Bebiendo leche cruda de cabra.
Comiendo verduras frescas contaminadas, no lavadas adecuadamente.
Realizando labores de jardinería o en patios de juegos para niños, si las arenas están contaminadas (el contagio se produce si se meten las manos sin lavar en la boca).
Bebiendo agua contaminada con ooquistes esporulados.
Ingiriendo restos de heces de gatos infectados por Toxoplasma gondii que se encuentren en la fase de eliminación de ooquistes. Al menos deben haber transcurrido 24 horas después de la deposición.
Los veterinarios de pequeños animales que están en contacto físico frecuente con gatos, no presentan una mayor seroprevalencia que personas con otra profesión.
 
La infección no se produce tocando o acariciando al gato


 
Medidas para evitar el contagio por parte de una mujer embarazada o cualquier otra persona:
Comer siempre carne cocinada a altas temperaturas durante 10 minutos, o congelar la carne a -20°C durante dos días si se van a consumir poco  hechas.
Lavar adecuadamente las verduras siempre antes de su consumo.
Beber sólo agua potable o de procedencia conocida, o tras ser filtrada o hervida si se desconoce su procedencia.
Utilizar guantes durante las labores de jardinería y al manipular carne cruda, o lavarse adecuadamente las manos tras ello.
Las bandejas de arena de los gatos deben limpiarse diariamente con una paleta. Las mujeres embarazadas deben evitar manipular la bandeja de arena, pero si esto no fuese posible es recomendable que lo hagan con guantes desechables y mascarilla. Para desinfectar la bandeja el mejor método es el agua hirviendo o el vapor a presión, pues los ooquistes esporulados son resistentes a la mayoría de desinfectantes.
 
Las evidencias científicas disponibles en la actualidad demuestran que el contagio de toxoplasmosis de gatos a personas, incluidas mujeres gestantes y enfermos de SIDA, es altamente improbable siguiendo unas normas básicas de higiene. Por lo tanto consideramos completamente injustificado el abandono o rechazo de los gatos en caso de un embarazo en la familia.
Los gatos aportan numerosos beneficios psicológicos y bienestar emocional a las personas que disfrutan de su compañía, especialmente cuando forman parte de la familia como uno más de sus miembros.
Es discutible la utilidad de la realización de pruebas de sangre para determinar si un gato es seropositivo o seronegativo ya que no indican si el gato está o no eliminando ooquistes en ese momento y además las medidas preventivas e higiénicas que debe tomar la mujer embarazada deben ser las mismas en ambos casos.
Clínica Veterinaria Quatre Potes - Sueca





 
 

CICLO VITAL DE TOXOPLASMA GONDII

Referencias bibliográficas
Posicionamiento sobre toxoplasmosis, gato y embarazo del Grupo de Estudio de Medicina Felina de AVEPA.

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