La concejala Lola Ortega (coste al erario público: 4.000 euros al mes) insinúa que Alzira es una ciudad limpia. Ante semejante visión de la ciudad, una persona solamente puede llegar a dos conclusiones: u Ortega no vive en Alzira o no sabe lo que es la limpieza, difícilmente caben otras opciones.
Si es lo primero tiene solución, pero que alguien encargado de la limpieza de la ciudad tenga ciertos brotes del Síndrome de Diógenes entonces es preocupante, aunque siendo así se comprenden sus declaraciones.
Estamos acostumbrados a que los políticos nos mientan; últimamente lo hacen de manera habitual vendiéndonos una supuesta recuperación económica… solamente hay que salir a la calle y hablar con comerciantes y gentes de a pie y darse cuenta que de recuperación nada de nada. La pregunta es, ¿por qué se empeñan en mentirnos si es algo que estamos viviendo en nuestras carnes?
Con lo de la limpieza de Alzira ocurre lo mismo. Nadie dice que la culpa de la porquería en que está convertida Alzira sea de los políticos, no, nadie lo ha dicho. Ahora bien, lo que es intolerable es que los políticos nos mientan y nos digan que la ciudad está limpia, porque no lo está, por mucho que se vocifere en un Pleno diciendo lo contrario. Que la señora Ortega camine por las calles y vea la ciudad. Si después de eso continúa manteniéndose firme en sus palabras entonces tenemos un problema y su falsa visión de la realidad la padeceremos todos. Pero repito, que levante el culo de la silla y que camine por Alzira (caminar es un ejercicio muy saludable).
Por cierto, ¿qué se ha hecho de la escoba de oro que le dieron a Alzira? Lola, cambiadla por escobas de verdad y poneros a barrer tú y todo el equipo de Gobierno porque falta hace. Alzira, ¡quién te ha visto y quién te ve! Os observo.