"Mi" verdad sobre la educación actual

Jueves, 13 de abril de 2017 | e6d.es
• "Los maestros no se forman". De acuerdo si admitimos también que los comerciales no se forman, los médicos no se reciclan o los abogados no se estudian las nuevas leyes


Hoy, ya han acabado todo el grupo de mítings electorales a favor y en contra de la jornada continua -o consensuada, como la llama Consellería. Así que ahora que parece que hemos vuelto a la normalidad, me gustaría dar mi opinión sobre de todo esto.
Seguramente, la jornada partida no es todo lo horrible que se ha dicho ni tampoco se eterniza y que hace que los niños echen raíces en las aulas, pero tampoco sea tan mala la jornada continua ni acabe matando a los alumnos de aburrimiento tras tantas clases seguidas sin desconectar. Cada cuál tendrá su opinión y yo tengo la mía. Tengo argumentos suficientes para decantarme por una opción claramente como padre y como docente y, afortunadamente, la opción coincide. Pero esto lo dejaremos para otra ocasión, ya que este artículo quiero dedicarlo a explicaros que me encuentro molesto por muchos comentarios que se han vertido en contra de los maestros y que me gustaría comentar y matizar.

1. "Los maestros quieren acabar cuanto antes su jornada para llegar cuanto antes a su casa"
Pues claro, al menos yo sí. Si pudiera comenzar mi jornada a las 7 de la mañana, sería genial: podría aprovechar más el día. Pero vamos, no creo que sea yo el único que querría llegar antes a casa. Hay trabajadores de otros sectores diversos (supermercados, fábricas, peluquerías...) que también firmarían comenzar y acabar más temprano. ¿O alguien se cree que a las cajeras de un hipermercado les apetece cerrar caja a las 22 horas y quedarse a cuadrarla y llegar a casa cerca de las doce? ¿O que el jefe de una oficina de correos prefiere acabar a las tres de la tarde y aún teniéndose que preparar un plato de pasta a llegar a casa a las 13:30 a comer?

2. "Los maestros no se forman"
Totalmente de acuerdo. Totalmente de acuerdo si admitimos también que los comerciales no se forman, los médicos no se reciclan o los abogados no se estudian las nuevas leyes.
- "¡Pues yo conozco a un maestro que no se forma!"
- ¡Claro! Y yo conozco a un cajero del Carrefour pelirrojo y muy simpático. ¿Quiere decir esto que todos los cajeros del Carrefour son pelirrojos y muy simpáticos? No. ¿Quiere decir esto que los cajeros del Carrefour son pelirrojos? No. ¿O que si eres pelirrojo y simpático, eres cajero del Carrefour? Tampoco.
Generalizar es odioso. Igual que comparar también lo es.

Yo sí que me formo, como también sé que se forman la gran mayoría de maestros y la gran mayoría de los trabajadores.

3. "El plurilingüismo no funciona por culpa de los profesores" "Los maestros son el pero del plurilingüismo"

¡Qué fácil es, especialmente para los políticos, echar balones fuera acerca de lo que ellos mismos no saben o no quieren resolver! En este caso del plurilingüismo la cosa viene ya de lejos. Ya hace tiempo, nuestra administración decidió que los colegios deberían de incluir a medio plazo una segunda lengua extranjera -francés o alemán- además del inglés.
Después, llegaron las bondades comerciales y turísticas del que iba a ser el idioma del futuro: el chino mandarín (os juro que no es broma y os invito a hacer memoria de los tiempos de Font de Mora o que lo busquéis en la "maldita hemeroteca"). Tengo amigos y compañeros que se apuntaron a aprender chino a la Escuela Oficial de Idiomas porque compraron la moto y, después, la Administración decidió dejar el chino aparcado.
Entonces llegó la hora de potenciar el valenciano. Hasta el punto de decir que iban a expulsar (o lo que sea) a los docentes que no pudieran acreditar un nivel X. Los exámenes de la "Junta Qualificadora" y, de nuevo, la EOI, y las universidades -sobre todo, las privadas- se vieron desbordadas por la avalancha de docentes que querían acreditar su nivel de valenciano.

Ahora, llevamos unos años con la "fiebre del inglés" y nuevamente se amenaza a los docentes -especialmente a los maestros- con apartarlos de su centro de trabajo si no consiguen acreditar un nivel X de inglés antes del año tropecientos (que va cambiando a medida que van viendo que es descabellado lo que proponen).
Paralelamente a toda la locura del tema de los idiomas, hemos ido sufriendo cambios diversos con el chantaje de cobrar o no los sexenios según si se cumplían o no una serie de requisitos "curiosos" en los que había que cumplir X horas de formación en primeros auxilios, otras X en tecnología e informática y otras X en nosequé... Con lo que andábamos calculando las horas que teníamos para ver si cobrábamos o no el sexenio y muchas veces hacíamos cursos o jornadas sólo por completar horas, en lugar de aquello que nos resultaba más interesante.
Aún así, te encuentras en los centros con gente que trata de innovar y al final, como no se puede saber de todo, tienen que acabar formándose en nuevas metodologías o ir a seminarios o jornadas sobre nuevas maneras de trabajar o rodearse de compañeros que le motiven a seguir trabajando así y no acabar por dejarlo todo y volver al "abrid el libro por la página 102 y haced los ejercicios 25, 26 y 27 y copiad el cuadrito del recuerda en rojo" que, oigan, tampoco quiero entrar a juzgar porque me parece muy digno si el docente está convencido de ello y lo sabe llevar correctamente a la práctica.
Además, no debemos olvidar las comisiones, coordinaciones y otros cargos con rimbombancia que tienen tanto valor como una medalla de cartón. Desde hace cuatro años soy coordinador TIC de mi colegio y, con ello, coordinador de la página web y de la comunidad MestreaCasa de mi centro.
Estos carguitos, que no tienen remuneración ni reducción horaria ni ninguna otra historia, conllevan "porque sí" unas horas de formación si se quieren cumplir de manera adecuada. Con esto tampoco digo que el que no se forme no pueda hacer las cosas bien pero lo veo difícil. Yo tengo la suerte de que, a pesar de no ser informático, me gusta el mundillo y me he ido "autoformando" y he ido realizando cursillos de desde el nivel básico al principio hasta un nivel medio que puedo tener hoy, pero también conozco a muchos compañeros que han intentado apuntarse a muchos cursos y no les cogen y, si la suerte no acompaña, la voluntad vale para poco. También he tenido suerte en que las directoras -así como los equipos- con los que he trabajado se han creído y se creen que la tecnología es el futuro y no me han puesto un pero por faltar una hora o dos días a la escuela para asistir a un curso o unas jornadas, pero esto, amigos, tampoco tiene porqué ser así.

4. "La educación pública no innova" "La educación pública está anclada en el pasado"
Otro argumento tan cierto como que "los cajeros del Carrefour son pelirrojos y simpáticos". Digo yo que habrá de todo: hay colegios donde todos los maestros son súper innovadores y súper guays, otros donde el único que innova es el conserje cuando cambia de lugar el macetero de la entrada del "cole", otros donde cuatro innovan y se las dan de súper guays y tres innovan y no se entera nadie y habrá donde el que innova se calla por miedo a que le vean como "el rarito" o le digan que así los niños no aprenden...
Tal vez, si alguien (inspectores, técnicos de la administración, familias, ayuntamientos...) fueran a los centros y preguntaran a niños o maestros qué hacen en clase, conoceríamos propuestas innovadoras e interesantes para difundir, comentar y "premiar" (aunque no sea económicamente) y conseguiríamos, por ejemplo, dar una mejor imagen de la educación pública, implicarnos más como familias o como vecinos en estos proyectos y, lo más importante, mostrarle al docente que lo que está haciendo es positivo, original y nos gusta, y así perder el miedo a qué opinará la gente de su trabajo.


5. Los maestros... "trabajan poco" / "sólo trabajan 5 horas al día" / "tienen muchas vacaciones"
Para comenzar, decir que mi contrato que me asigna 37 horas y media semanales repartidas así: 25 horas en la jornada escolar (la que realizan los niños) en la que hacemos, salvo casos extraños y bien documentados, labores de docencia directa o licencias de coordinación; 5 horas de dedicación al centro, en las que se integran la tutoría a padres, coordinación con el profesorado, claustros, reuniones informativas...; y 7,5 horas de preparación de clases, programación, corrección..., las cuales el maestro se reserva el derecho a realizarla en el centro o fuera.

- "¿Esto lo cumplen todos así a rajatabla?"
- Pues, me vuelvo a remitir al "cajero pelirrojo y simpático". Las 37,5 horas semanales exactas seguro que no las hace ninguno de los miles de docentes de nuestro país. Me arriesgo a decir que sacando la media de horas que dedican los maestros a su jornada laboral, las 37,5 horas semanales se quedan muy cortas y que por cada maestro que no llega hay, al menos, dos que se pasan y mucho.
Preparar una prueba de evaluación y corregir 25 controles, ya os digo yo que puede costar hasta 2,5 horas, o sea, el 33% del tiempo asignado para dedicar fuera del horario escolar. Si, además, lleva una página web, prepara fichas para los alumnos que las necesitan, busca algún video en internet para sus lecciones y prepara un poco la clase, ya casi tenemos las 7,5 horas semanales. Sin contar esperar a que todos los padres recojan a sus hijos o lo que se alargan las reuniones, claustros y demás que "por 10 minutitos más, nos quedamos y acabamos".
- "Sí, vale. Todo esto está muy bien pero... tres meses de vacaciones... ¡es una pasada!"
Sí, es una pasada. Podría responder que la universidad está abierta a todos y que, por desgracia, en Castellón y Valencia, la carrera tiene una nota de entrada bastante baja, lo que hace que quien quiera probar suerte y tener tres meses de vacaciones, pueda tratar de cumplir su sueño.
Si con esto no os he convencido, deciros que se supone que nuestras vacaciones son en agosto, por lo este mes es el único en el que cuando nos "llamen" podemos decir que estamos de vacaciones y se acabó. El resto, nos puede reclamar para hacer cualquier trabajo relacionado con nuestra profesión y tendríamos que realizarlo. También se supone que este tiempo es para realizar tareas burocráticas como la programación escolar o el plan de mejora educativa, por ejemplo. Además de preparar el material oportuno, organizarse o planificar el curso, el trimestre o las salidas y extraescolares, y si esto no es así, se tendrá que hacer con el curso "en marcha" y no habrá más remedio que hacer horas "extras" entonces, para recuperar el tiempo "de vacaciones".
Aquí hay que incluir, también, los cursos, congresos y jornadas y la compensación correspondiente al hecho de haber realizado dicha formación.
- "Entonces, ¿me tengo que creer que durante el tiempo que todos pensamos que estáis de vacaciones, estáis trabajando o compensando las horas de formación?"
- Claro que no. Tampoco te tienes que creer que todos los cajeros de la multinacional francesa son pelirrojos y simpáticos. Yo diría que en el 97% de los casos sí que es así, pero los pocos que no lo cumplen, además, presumen de ello y esto se hace extensivo hacia los que sí que lo cumplen.
- "Pues, yo no me lo creo."
- Me parece perfecto y tienes todo el derecho, puesto que no hay un control que diga que esto es así o no. Y es que lo único que se puede cuantificar es el número de horas que invertimos en formación reglada y nada más. Yo sí que me creo que mi médico dedica tiempo para realizar su trabajo con excelencia o el cocinero del restaurante al que voy cumple los cursos de manipulación de alimentos y de higiene alimentaria. Y si tengo dudas, pues, se lo planteo a quien toca, protesto donde corresponde o pido que me atienda otro médico o me marcho a otro restaurante.
Juan José García Navarro
 
 
Juan José García Navarro es maestro de primaria y coordinador TIC del CEIP Pintor Sorolla (Les Alqueries);
así mismo, es el mantenedor de la web aulamagica12.jimdo.com