Mariano Rajoy, un demócrata radical

Viernes, 3 de abril de 2015 | e6d.es
• Todas las iniciativas adoptadas por el Gobierno han ido encaminadas a favorecer los privilegios de la élite política dominante

Así, de sopetón, puede que el título produzca algo de asombro; “Este chico salió anoche y se ha puesto a escribir bajo los efectos de la fiesta”, pensará alguien.  Nada más lejos de la realidad.  El término “radical” solo hace referencia a su sentido etimológico: Relativo a la raíz.  Repasemos la historia:
Todos conocemos el origen de “Democracia”, procede del griego Demos (pueblo), Kratos (gobierno), con el sufijo Ia (cualidad de); es decir, es el “Gobierno del Pueblo”.  Hasta ahí, todo muy bonito.
Es menos conocido el contexto en el que nació ese concepto:  Alrededor del año 500 a.c., Atenas era gobernada por aristócratas y tiranos que participaban de modo activo en el gobierno de la Polis (ciudad), recibiendo el apelativo de Políticos.  El resto de habitantes: pobres, siervos y esclavos, no tenía ninguna influencia en las decisiones que se adoptaban y eran denominados Idiotas.
Vemos entonces la similitud del concepto primigenio de Democracia, aplicado radicalmente por Mariano Rajoy y todas las administraciones regidas por el Partido Popular:  Solo hay dos tipos de ciudadanos, los políticos y los idiotas.  Tampoco seamos simplistas, el Sistema ya estaba ahí y ha sido aprovechado por los sucesivos gobernantes pero, es indudable, la mal denominada Crisis ha supuesto la excusa perfecta para exacerbar sus efectos.
Todas las iniciativas legislativas adoptadas por el Gobierno han ido encaminadas, con más o menos disimulo, a favorecer los privilegios de la élite Política dominante (entorno financiero, grandes corporaciones, patronal y un, cada vez mayor, círculo de individuos que pasan indistintamente de un lado a otro de la línea difusa que separa lo público de lo privado).  Esos privilegios han cristalizado a costa de un constante recorte de derechos de los Idiotas (laborales, sociales, educativos y sanitarios) que han trasvasado ingentes cantidades de dinero público (de todos) a manos privadas (de unos pocos) mediante teóricos rescates, privatizaciones descaradas y robo sistemático de los recursos públicos, instalando un sistema de corrupción (ahí la raíz es latina: Acción y efecto de destruir globalmente por putrefacción), que ha propiciado que los potentados lo sean aún más y los empobrecidos dispongan cada vez de menos.
¿Qué hacer?  Volviendo al origen etimológico, hemos de dar la vuelta a la situación y propiciar una Idiocracia donde, los Idiotas, pasemos paulatinamente a desempeñar papeles Políticos reduciendo a la mínima expresión la diferencia entre unos y otros.
En la antigua Grecia, el Ágora era la plaza pública donde los políticos deliberaban y legislaban sobre todos los asuntos de interés.  Hoy día, con el alcance de los Medios de Comunicación, Internet y redes sociales, el ágora moderna está instalada en cada casa y su influencia, para bien y para mal, es determinante a la hora de crear opinión.  Por ese motivo los Políticos necesitaban, de una parte, dominar y dictar los mensajes que nos llegan a través de los medios y, de otra, restringir su potencial de agitación y encauzarlo para que nada ni nadie ponga en peligro su sistema de latrocinio y sometimiento.  Por eso, bajo el eufemismo de Ley de Seguridad (seguridad de quedarte como estás), han sucumbido a la tentación de dictar a Ley Mordaza y, aunque no pueden evitar que cada persona piense lo que quiera y lo exprese, si pueden castigar a quien lo haga.
Mariano Rajoy, con sus iniciativas legislativas destinadas a preservar el dominio de modernos aristócratas (adinerados) y tiranos (gobernadores), demuestra ser un demócrata radical, lo que no termino de entender es por qué le ha cogido tanta manía a Grecia si es su fuente de inspiración ¿o ya no lo es?
Fermín Álvarez
Un triste tigre
* Fermín Álvarez es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Fermín Álvarez es autor del blog "Un triste tigre".