Dos días después de celebradas las elecciones europeas aún pueden verse colgadas las pancartas de los partidos políticos locales que pedían el voto. Ya veremos cuando se recogen, igual se pudren ahí colgadas, cosas peores hemos visto en este pueblo. El sábado pasado, a las cero horas, terminó la campaña de propaganda política y comenzó la jornada de reflexión en la que se intenta no condicionar al votante. Pero esto a vosotros os importa un pimiento, las pancartas siguieron ahí y hoy aún están decorando algunas calles. Esa celeridad que tuvisteis todos los grupos políticos para daros cita en la tradicional pegada de carteles no es la misma a la hora de quitarlos o descolgar pancartas. Mucha brocha, mucha escalera y mucha foto el primer día y mucha cara a la hora de retirar el material propagandístico. Si tuvierais seriedad, el pasado sábado, antes de las cero horas, hubierais retirado cualquier elemento de propaganda para, en primer lugar, no inducir al voto y, en segundo lugar, demostrarle al ciudadano que os preocupa la imagen de una ciudad limpia. Pero como sois unos desahogados, nos tenemos que seguir tragando vuestras órdenes de voto y viendo una lamentable imagen desidiosa en algunas calles de la localidad. Si un ciudadano de a pie tarda 5 minutos más del plazo legal en un pago, le metéis un paquete de mucho cuidado y, si se pone tonto, una amenaza de embargo o cualquier intimidación de las vuestras. Ahora bien, si sois vosotros los que os pasáis de un plazo, la cosa cambia, aplicáis vuestras normas y ¡hala!, ‘a la marxeta’. Si tontos no sois… Algún día se os acabará el chollo. Os observo.