La Poda de libertades. ¿Volvemos a la Edad Media?

Viernes, 27 de noviembre de 2015 | e6d.es
• Deberíamos pensar muy seriamente si una falsa sensación de seguridad vale unos derechos que nos han costado siglos de sangre y sacrificio lograr

Perdonadme los muy puristas de la Historia, seguramente no fue así pero a mí me ha saltado la imagen a la cabeza como un payaso de esos de muelle que sale de una cajita ¡doinggg! (estaré enfermo).
Pongamos que estamos a principios de la Edad Media (la original, no el “remake” al que estamos llegando). El Imperio Romano ha ido a tomar viento y cada cual se apaña como puede. Las pandas de bárbaros, saqueadores y bandarras de todo tipo (puede que hasta tertulianos incluso) siembran el terror. La vida se vuelve cada vez más difícil. No sabes en qué momento te va a caer un mamporrazo en lo alto de la cresta. En eso llega un señor con una cuadrilla de tipejos armados y te promete protección para ti y los tuyos, a cambio de “unas cositas de nada” aceptas el vasallaje, asustado porque has visto lo que le han hecho a tu vecino, y cuando te das cuenta te encuentras atado al huerto con unas cadenas.
Digamos que estamos en los años de Al Capone. Tienes una tienda que funciona bien, unos ultramarinos (de esos de la Ley seca, todo muy legal) con los que consigues mantenerte e incluso pagar los estudios de uno de tus hijos. Pero un buen día llega una panda de gamberros al barrio y la toman contigo. En eso llegan unos señores con acento italiano y traje caro. Te proponen defenderte de esta gentuza a un módico precio. Aceptas. Cuando te das cuenta te encuentras aterrorizado detrás del mostrador vendiendo Anís del Mono “de tapadillo” para pagar las “cuotas de protección” a la mafia.
La semana pasada nos dieron un estacazo en donde más duele, de esos de los que cuesta levantarse. Unos malnacidos que dicen venir en nombre de su dios nos han sacudido muy fuerte. Yo, que soy muy cabezota, ya sabeis que continuo sin creermelo. No hay dios que sea digno y pretenda repartir muerte y dolor. Más bien creo que estos igual obedecen a otra divinidad que no mentan tanto.
El caso es que nos han hecho sentir miedo, mucho miedo, para eso son terroristas, claro. Nos han pillado desprevenidos y parece que han conseguido su objetivo de atemorizarnos con una muestra de lo que hace huir a todas estas personas que prefieren arriesgar la vida en el intento de venir a una Europa que no hace nada por ayudarles porque todavía anda pensando en si le da la real gana mover un dedo de verdad. Pero este todavía es el primer asalto, podemos demostrar que valemos más que ellos.
Bueno, a lo que íbamos. Nuestro terror ha servido no sólo a la industria armamentística que se ha forrado esta semana pasada. También algún gobierno desalmado podría haber encontrado un filón para comportarse como el mafioso o el señor feudal de antes, meternos en una guerra sin siquiera dejarnos gritar aquello de “No a la guerra” y afilar las tijeras de podar libertades. Huele a chantaje de bajos fondos, igual pretenderán que renunciemos a algo tan valioso como es nuestra LIBERTAD (así, a secas) a cambio de garantizarnos la protección que ya nos debían ANTES de los atentados y que, a la vista está que no ha funcionado. Admito que vivimos tiempos peligrosos pero es que ya existen mecanismos en el Estado de Derecho para defendernos sin que nos sometan a más prohibiciones.
No pueden engañarnos, sabemos que la seguridad total no existe, no nos la pueden garantizar, aunque se dediquen a bombardear (eso si, sin enseñarnos los posibles “daños colaterales”). Pero la vigilancia absoluta , al más puro estilo Gran Hermano, si es factible y la empezamos a sufrir. Empiezan a someternos a recortes en nuestras libertades, como si fuésemos nosotros los terroristas. Hollande ha aprobado una prórroga de tres meses al estado de excepción y un recorte de libertades pocas veces visto. Pretenden que a cambio de “seguridad” aceptemos “cositas” como la prohibición de manifestaciones, registros, brazaletes electrónicos, control de internet (más todavía) y todo lo que se les pueda pasar por la cabeza aprovechando esto del susto que tenemos.
Deberíamos pensar muy seriamente si una falsa sensación de seguridad vale unos derechos que nos han costado siglos de sangre y sacrificio y que forman parte de nuestra definición como personas. Deberíamos tomar consciencia de que si aceptamos recortes graves, de forma transitoria, abrimos la puerta a que esta se transforme en años de opresión y poco a poco volvamos a algo parecido a la Edad Media en la que respirar ya era un privilegio.
Salva Colecha
 
* Salva Colecha es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Salva Colecha es autor del blog "
En zapatillas de andar por casa".




 
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