Con los pactos, ¿se perderá en los despachos lo ganado en las calles?

Miércoles, 27 de mayo de 2015 | e6d.es
• Tenemos ganas de cambio, pero no de un cambio de esos de “quítate tú pa ponerme yo”, queremos un cambio político serio

Confieso que todavía ando algo resacoso de todo el batiburrillo de un fin de semana en el que al final parece que se puede sacar dos cosas en claro, que la Eurovisión no es lo nuestro (pobre Edurne) y que tenemos ganas de cambiar la situación actual que padecemos porque estamos hasta las narices. Tenemos ganas de cambio, pero no de un cambio de esos de “quítate tú pa ponerme yo”, queremos un cambio político serio, de los de verdad, de los de reformar la choza hasta los cimientos.
La mayoría de los que fuimos a votar (A mí siempre me parecen pocos, ya sabéis) pedimos un cambio porque creemos que no está todo perdido y no tiramos la toalla ni para lavarla. La mayoría de nosotros (los votantes, al resto, no se admiten reclamaciones) todavía confiamos en la política para cambiar la deprimente realidad que padecemos, sólo espero que esta vez no nos defrauden. Somos valientes, hemos elegido cambiar a pesar de que los agoreros de turno pregonaban desde las teles un holocausto de la civilización si no se seguía el guión establecido, el suyo. Queremos cambiar a pesar de que ahora esos de siempre nos quieran asustar haciendo caer la bolsa, sin pensar que a los que sí hablamos de paro ya nos asustan pocas cosas y además, sabemos que esos artificios sólo duran lo justo para no autoarruinarse ellos mismos, lo dicho, un par de días.
Ha llegado el viento del cambio aunque no sé si en el momento más oportuno. Se acercan elecciones generales y temo unos meses moviditos en algunas comunidades y ayuntamientos a la hora de gobernar porque, analizándolo fríamente, los partidos “nuevos” van a pensarse mucho eso de casarse con “la casta” o con “los que no hacen primarias” en un gran pacto de gobierno, no vaya a ser que el matrimonio acabe en fiasco y en el divorcio pierdan hasta los muebles.
Lo que parece claro es que “lo tradicional” está tocado de muerte, aunque ya veremos. La gente nueva ha llegado con fuerza y ha dejado a los grandes partidos en una situación difícil de manejar. Han de aprender a moverse, de forma urgente y sin tutoriales, en un escenario nuevo en el que se encuentran perdidos como un pingüino en el Sahara y les toca hacer algo a lo que ya no están acostumbrados, espabilar si quieren sobrevivir. De inicio el panorama es dantesco para los que ya estaban antes, a saber, Izquierda Unida no se encuentra, UPYD parece que se lo haya llevado el hombre del saco, el PSOE no levanta cabeza y si recupera algo puede que sea debido al alucinante batacazo del PP en estas elecciones (“¡qué hostia!.. “qué hostia!” en idioma Barberá). Después de menos de cuatro años de Rajoy, han perdido dos millones y medio de votos y gran parte de su poder. Quizá eso sirva de revulsivo en Génova 13 (¡Anda, no había caído, como la Rue del Percebe!) y empiecen a moverse. De verdad y con toda sinceridad, igual deberían replantearse el camino que han seguido con un líder indolente y su camarilla de adjuntos que no aceptan el desastre hecatómbico aunque se lo hayan encontrado en sus propias narices. Igual deberían replantearse algo para no acabar como la UCD, llamadme exagerado pero me parece que de seguir así van por la misma senda hacia el ocaso. Aunque es verdad que a estas horas ya ha empezado la huida de los prebostes autonómicos, veremos si don Mariano no se queda más solito que la una.
Al final en la política, por fin, parece que ha entrado el viento fresco procedente de la calle con ganas de cambio muy a pesar de algunos viejos totems que quedan en pié después de este terremoto. Eso sí, ahora estemos atentos a los movimientos post electorales no vaya a ser que perdamos en los despachos lo ganado en las calles. Esta vez los políticos harían bien en respetar el mensaje que les hemos dado, de lo contrario este mes de Noviembre (o ya veremos si antes) les pasaremos factura, han visto que sabemos enviarlos a casa y puede que le hayamos tomado el gusto.
Salva Colecha
* Salva Colecha es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Salva Colecha es autor del blog "En zapatillas de andar por casa".