Un anciano con demencia que iba a ser deportado muere esposado en un hospital

Viernes, 17 de enero de 2014 | e6d.es
• Esta muerte avergüenza al Reino Unido. “Se ha perdido todo sentido de la humanidad”, critican los inspectores en un informe

Un informe del servicio de Inspección de Prisiones británico ha puesto de relieve el trato “inhumano” que reciben algunos de los inmigrantes sin papeles en el centro de detención de Harmondsworth, en el oeste de Londres, donde están recluidos a la espera de ser deportados. La inspección, realizada por sorpresa del 5 al 16 de agosto pasado, ha permitido desvelar la muerte “en las condiciones más indignas e inhumanas posibles” de un anciano canadiense de 84 años enfermo de alzhéimer que falleció esposado al poco de llegar al hospital.
Los médicos que le atendieron describieron al anciano como un hombre “frágil, de 84 años, enfermo de alzhéimer, demente, no apto para ser detenido o deportado; requiere asistencia social”. Sin embargo, falleció en el propio hospital después de haber estado al menos cinco horas esposado.
El fallecido se llamaba Alois Dvorzac y llegó a Londres el 23 de enero de 2013 pero le fue denegada la entrada en el país y fue ingresado en un hospital debido a su mal estado de salud. Tras ser dado de alta fue trasladado a Harmondsworth como paso previo a ser expulsado, pero el 30 de enero un médico le consideró no apto para volar. El 6 de febrero hubo un segundo intento de deportación, impedido también por un médico. El día 8 fue llevado esposado al hospital y de nuevo, también esposado, el 10 de febrero, día en el que falleció.
Pero no se trata de un drama aislado. El informe de los inspectores condena lo que define como “casos estremecedores en los que se ha perdido todo sentido de la humanidad”. Y cita también el ejemplo de otro sin papeles que fue trasladado esposado al hospital a pesar de que había sufrido un derrame cerebral y el de otro hombre que siguió esposado mientras estaba sedado para que los médicos le practicaran una angioplastia. Estaba tan mal que falleció. Le habían quitado las esposas solo siete horas antes de morir.
“¿Acaso las autoridades responsables de Harmondsworth han olvidado los principios básicos de humanidad y decencia que merece cualquier persona bajo su custodia?”, se ha preguntado Juliet Lyon, del Prison Reform Trust, una organización benéfica creada en 1981 y que trabaja “para crear un sistema penal justo, humano y efectivo”. La portavoz laborista de Interior, Yvette Cooper, ha declarado: “Este estremecedor informe revela incidentes inhumanos”.
La empresa privada encargada de gestionar el centro, GEO Group, ha negado que los detenidos sean esposados de forma sistemática y asegura que “solo en los casos en los que está documentado que hay un riesgo de fuga se pueden utilizar las esposas, teniendo siempre en cuenta una serie de factores, entre ellos, la edad”.
Sin embargo, el viceministro de Inmigración, Mark Harper, ha admitido que mantener esposado a una persona que sufre demencia es “completamente injustificado y no se puede volver a repetir”. Pero no parece haber lamentado que Reino Unido acepte deportar a una persona en ese estado. Aunque al primer ministro David Cameron le gusta presumir de lo que denomina “conservadurismo misericordioso”, la misericordia no tiene demasiado margen en la política de deportación de los sin papeles. Leer noticia completa y ver hilo de debate en elpais.com.