Que nadie olvide que le estamos pagando a la Iglesia Católica 13 millones de euros al mes

Miércoles, 10 de octubre de 2012 | e6d.es
• Mientras tanto, los jóvenes científicos españoles tienen que emigrar para no pasar hambre
Consecuencias de tener media docena de ministros del Opus Dei o Legionarios de Cristo: La Iglesia Católica se ha quedado fuera de las duras medidas de ajuste anunciadas por el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy para combatir el déficit público y recibirá hasta finales 2013 sus habituales 5.000 millones aproximados de euros que suman todas las subvenciones y asignaciones de dinero de las arcas del Estado que recibe. Al igual que ocurría en la España nacionalcatólica de Franco, a la institución se le dota de un “aguinaldo” extra de 13 millones de euros mensuales durante los dos próximos años (página 42 del archivo del BOE).
Además, entre la Iglesia Católica también se librará de la subida del Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) anunciada por el Ejecutivo del PP, ya que su patrimonio no está sujeto a este gravamen. La Ley de las Haciendas Locales estipula que la Iglesia está exenta de pagar el IBI en virtud de los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede de 1979.
Mientras tanto, nuestros jóvenes científicos tienen que emigrar porque si hasta ahora morían de hambre con sus contratos de becarios, a partir de ahora que el gobierno que prometió no  recortar ni subir impuestos ha recortado el gasto en I+D…
 
La excusa de su labor social: un negocio para la Iglesia que pagamos todos
Para justificar la inyección de dinero de todos en las arcas de una confesión religiosa determinada, el nacionalcatolicismo se escuda en su labor social… pagada con nuestro dinero o de la que se aprovechan para hacer negocio:
Los hospitales y colegios privados de la Iglesia no ahorran dinero al Estado. Son el negocio del siglo. Se supone que les tenemos que  dar las gracias por hacerlos ricos cuando las administraciones autonómicas desvían pacientes a los hospitales privados y les pagan la factura o alumnos a los colegios concertados. Cada día de convalecencia en una habitación de un hospital gestionado por la Iglesia nos cuesta una fortuna, igual que cada silla ocupada por alumnos de colegios concertados.
 Los orfanatos tendrían que dejar de ser propiedad de la iglesia -pagados con fondos públicos en su mantenimiento- y que pasen a ser gestionados por el estado: además de evitar que los niños sufran abusos físicos y se les adoctrine desde pequeños por obligación en un determinado credo religioso, los trabajadores de los orfanatos -se crea empleo- tendrían la formación que se necesita -profesional y académica, no en supercherías religiosas y hechizos en forma de oración- para educar a esos niños: es lamentable que quienes los estén criando no sepan ninguno de ellos (en teoría) siquiera lo que es tener un hijo. Leer noticia completa en: lasmalasleguas.es.