Por qué Felipe II descartó Barcelona y eligió Madrid como capital de España

Jueves, 27 de noviembre de 2014 | e6d.es
• El Rey la prefirió por su posición geoestratégica, la ausencia de grandes nobles en la zona y su pasado comunero

El candidato del PSC a la alcaldía de la Ciudad Condal, Jaume Collboni, reclamó este lunes la cocapitalidad de Barcelona junto a Madrid. Pero cuáles fueron las razones que impulsaron a Felipe II a fijar la cabeza del Estado en Madrid? ¿Por qué el Rey prefirió esta ciudad en vez de Barcelona, Sevilla o Lisboa? ¿Qué motivo le motivó a asentar en la región toda la burocracia y creó un circuito anual por los reales sitios de El Escorial y Aranjuez?
Fue Felipe II el Monarca que decidió traer la capital a Madrid. Lo hizo en 1561, hace ahora 452 años. Y aunque por un breve periodo de tiempo (1601-1606) se trasladó a Valladolid, Madrid continuó creciendo y expandiéndose hasta convertirse en lo que hoy es. La razón de elegir Madrid se basó, por un parte, en su pasado comunero: la expropiación de unas tierras de un comunero destacado había proporcionado a los reyes la Casa de Campo, que más tarde las reconvertieron en un extenso coto de caza junto al Alcázar. Además, Madrid no tenía obispo, con lo que hasta entonces tampoco había sido capital religiosa porque dependía de la de Toledo.
Otra factor clave para el monarca es la escasa presencia de grandes linajes nobles cerca de la Villa. Los más cercanos eran los Mendoza, que se asentaban en Guadalajara. De esta manera Felipe II se aseguraba de que nadie podría hacerle sombra como rey. Y los que se acercaran solo podrían hacerlo a su rebufo, como cortesanos. Este argumento es el mismo que siguió, un siglo después, Luis XIV al mudarse a Versalles.
No obstante, Madrid tenía dos inconvenientes: no tenía salida al mar y estaba alejada de los principales flujos económicos. Por eso, se barajaron otras opciones como Lisboa, Sevilla y Barcelona. Pero esta última no parecía aconsejable por estar adscrita al Consejo de Aragón, y el Rey, tras el sofoco de la revuelta de los comuneros, tenía mucho más poder en Castilla que en Aragón. En lo que respecta a Lisboa, Portugal era un territorio de incorporación bastante reciente, lo que le descartaba.
Sevilla cumplía, por su parte, estos requisitos ya que fue una ciudad próspera, tenía salida al mar a través del Guadalquivir y se encontraba entonces en plena empresa americana. Además, Andalucía era un lugar próximo y adscrito al Consejo de Castilla, Sevilla tenía ya una «capitalidad económica» con la Casa de la Contratación de Indias, una nobleza local y un obispado. El autor de este artículo es M.R. Domingo. Leer noticia completa y ver hilo de debate en abc.es.