¿Nos merecemos el fin del mundo?

Lunes, 17 de diciembre de 2012 | e6d.es
• Estoy convencido de que existe vida inteligente en algún lugar del firmamento, y que nos tienen "fichados"

El Sputnik fue el primer satélite artificial situado con éxito en la órbita terrestre. Poco después, enviaron a la perra callejera Laika, reclutada cuando lamía una botella de vodka vacía en un contenedor de basura cercano al cosmódromo de turno. De no haber estado ebria, dudo mucho que se hubiera prestado voluntaria a la misión. Batió todos los records. Fue el primer animal en viajar borracho al espacio. También fue el primer animal en morir borracho en el espacio, aunque aún se desconoce si pudo ser consecuencia de la resaca. Se trataba de la primera víctima mortal de la carrera espacial, con honores rendidos a título póstumo y todo. Como no sabía hablar, detalle observado una vez lanzada al cosmos ( al parecer, no respondía a la radio), tuvieron que mandar un ser humano sobrio, Youri Gagarine, para que pudiera contarles algo interesante a su regreso antes de celebrarlo con vodka.Años más tarde, los estadounidenses consiguieron que Stanley Kubrick pisara la Luna, ¡perdón!, me refería a Neil Armstrong; un descuido lo tiene cualquiera. En todo caso, habrán observado que empezamos enviando cacharros al espacio para después hacerlo con animales, hasta llegar por último al hombre. Y ahora, de nuevo tenemos la predilección por enviar artefactos sin tripulación, eso sí, mucho más caros y sofisticados que sus predecesores. Creo que esta tendencia es debida a que la gente se mosquea cuando muere un astronauta, aunque no lo hacen tanto cuando perecen miles de niños por inanición. Pero me refería al robot Curiosity, que ya está sobre el suelo de Marte cotilleando un poco. Y, al parecer, podrían existir datos que cambiarían la historia de la Humanidad, o lo que es lo mismo, de la conciencia colectiva, sumisa y borreguil, que piensa que somos el centro del Universo porque así se lo han contado en los telediarios. No sé si podré soportar la emoción. ¿Pero qué se han creído estos mandamases de la NASA, que si mañana hacen oficial la noticia de haber encontrado indicios de vida allá arriba todo va a cambiar? ¿De verdad es importante? Claro que lo es, de esta forma justificarían los ingentes presupuestos destinados a estos menesteres, que al final van a parar al bolsillo de algún ricachón o político corrupto, como ocurrió en el «pique» con los soviéticos en los años sesenta. Parece que lo estoy viendo: a la bacteria fosilizada hallada la bautizarán con un nombre cariñoso de gran tirón comercial, algo así como «Littlebug», que traducido al casi extinguido castellano sería «pequeño bicho». Fabricarían camisetas, peluches, llaveros, bollería, en fin, todo un merchandising para que los obedientes consumidores saciaran sus necesidades, que no son otras que llenar sus casas de chorradas y objetos inservibles, como los cuervos. Puede que, incluso, el hallazgo pudiera predecir los resultados del próximo mundial de fútbol, como el pulpo Paul.
Pero yo tengo una teoría. Estoy convencido de que existe vida inteligente en algún lugar del firmamento, y que nos tienen «fichados», es más, no se han acercado aquí por miedo a contagiarse de ese virus innato nuestro que nos lleva a la autodestrucción. Nos habrán catalogado como especie a extinguir, estoy seguro, por eso nos mandan el meteorito Apophis, para dar un «escarmiento interestelar». Los Mayas lo sabían, pero no los del calendario extraño, más bien los que cantaban eso de… «Vete, no quiero verte, vete, con tus mentiras vete, lejos de aquí…». Ya sé que falta una letra, la «a» de anormal, de aberración, de amargado, de amorfollao, de analfabestia, de abobamiento, de abrazafarolas… Se aceptan propuestas.
Protejamos este bello planeta, preservemos nuestras almas, y quizás nunca nos veremos obligados a abandonar nuestro hogar. 
Alfonso Medinilla

* Alonso Medinilla es un “Amigo de Larra” en El Seis Doble
* Alonso Medinilla es autor del blog “La parranda literaria