Los científicos del Centro Príncipe Felipe de Valencia curan su ERE con humor

Martes, 30 de julio de 2013 | e6d.es
• El personal graba un vídeo musical y lo presenta a un concurso con 3.000 € de premio

Hace poco aún se veían lazos negros en las instalaciones del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia: recordaban al ERE de noviembre de 2011 por el que se despidió a 114 de los 240 trabajadores del centro y el sueldo fue recortado entre un 5 y un 15 %. Tras las protestas y manifestaciones infructuosas, el pesimismo se adueñó del ambiente laboral. El tiempo pasó, pero el desánimo caló. «Siempre se hablaba de lo mismo, todo eran malas noticias», recuerda Pilar Fortea. Ella es la recepcionista del centro científico y la protagonista de esta historia.
Hace unas semanas, Pilar recibió la visita del comercial de un laboratorio que vende material científico al centro. El representante le contó que habían convocado un concurso para estudiantes y centros científicos: el mejor lipdub „un vídeo musical grabado en una sola toma, sin cortes„ que promocionara el catálogo Scharlab 2013 de la empresa suministradora Scharlau ganaría 3.000 euros. La recepcionista, con pasado laboral en Disney y una entusiasta de los disfraces, creyó que podía servir para mejorar el ambiente de trabajo. Y se puso manos a la obra tras obtener el permiso de la nueva gerente, Isabel Muñoz.
El vídeo musical, grabado el jueves en el interior de este templo de la investigación que costó 60 millones de euros, ha sido colgado en Youtube este fin de semana. Es difícil dar crédito en una primera visión: por la pantalla desfilan, al ritmo marchoso de la canción Good Time, de Owl City y Carly Rae Jepsen, personajes a cada cual más atrevido: investigadores disfrazados de ratas de laboratorio; cuatro científicos en biquini y bañador; una investigadora en traje de baño, gafas de buceo y tubo respirador portada en andas por sus compañeros mientras a su lado vuela una pelota de playa y otros compañeros de curro desfilan con un flotador en torno a la cintura.


Las pelucas de colores chillones „rojo, violeta, verde„ compiten con el tricornio de la benemérita y la gorra policial de plato que llevan en la cabeza dos investigadores que rasgan guitarras de plástico. También proliferan gafas psicodélicas, máscaras, abanicos coloridos, pompones, guantes médicos convertidos en globos hinchados o las banderas de los países de donde procede el personal investigador extranjero (Brasil, Argentina, Francia, Italia, Colombia, Marruecos?).
Prácticamente todo el personal del centro participa en este vídeo desenfadado que, en su última parte, muestra a un puñado de trabajadores mientras realiza juegos malabares y volteretas, como metáfora de que «para sobrevivir en el campo de la ciencia hay que hacer malabarismos».
Hay momentos de desenfreno más intenso, como cuando un trabajador propina un cachete en el trasero de una compañera, que se lleva la mano a la boca entre jocosa y sorprendida. También hay espacio para la reivindicación gremial, como el despliegue de una pancarta que sostiene «La ciencia es futuro», o una bolas grandes con el lema «La ciencia es evolución».  Paco Cerdá.  Leer noticia completa en Levante-EMV