La verdadera historia del ‘escorpión’ de René Higuita

Jueves, 11 de diciembre de 2014 | e6d.es
• Arquero insignia de Colombia, pagó cárcel, cayó en las drogas, amigo de Pablo Escobar y se atrevió a violar la gravedad en el imperio del fútbol



Gracias a su espectacular temporada 1994-1995 James Redknapp un implacable y joven delantero del Liverpool fue convocado por primera vez para jugar con la selección de Inglaterra. El partido se jugaría en Wembley, la catedral del fútbol y el rival sería Colombia. El artillero no se imaginaba que justo en su debut con la camiseta inglesa iría a protagonizar una  jugada legendaria.
Corría el minuto 22 del primer tiempo, los dos equipos aburrían a rabiar a los pocos aficionados que habían asistido al estadio. La pelota llega a los pies de Redknapp y este hace un tirito al arco, fue tan deficiente el remate que nunca supimos si su intención  era hacer un disparo frontal o tirar el centro, el punto es que el arquero visitante, un tal René Higuita, miró de reojo al juez de línea y se dio cuenta de que había levantado la bandera marcando el fuera del lugar.
Con la misma astucia con la que logró burlar una infancia llena  de privaciones, de amigos asesinados o que forzados por las circunstancias se convirtieron en asesinos, de allegados que huían de la miseria fumando bazuco o destruyéndose a  punta de aguardiente en las esquinas de Castilla, el barrio de la comuna nororiental donde nació, se dio cuenta que la jugada estaba invalidada y entonces… se tiró a volar, estiró su cuerpo para adelante, abrió sus manos, arqueó el torso y suspendido en el aire logró rechazar el balón con los tacones de sus guayos. La jugada la repetía una y otra vez en cada entrenamiento, incluso la hizo popular en el recordado comercial de Frutiño, pero hacerla en Wembley, ante la atenta mirada de millones espectadores alrededor del mundo escapaba a cualquier lógica futbolística. El arquero paisa le llamaba a esa extraña y hermosa jugada El escorpión.
La reacción del golero fue la misma que puede tener un niño al cometer una travesura: se limpió las rodillas y luego sonrió. Esa noche sólo se estaba divirtiendo jugando al fútbol. Era la manera en la que se ganaba la vida.
Redknapp jugaría otros 17 partidos con la selección inglesa convirtiendo un gol que nadie recuerda. Su jugada más famosa fue un tirito al arco que más bien parecía un centro, gracias a la espontaneidad de un genio su disparo pasó a formar parte de la historia del fútbol.
En 1995 el loco, como lo denominaron por ese estilo suyo de defender el arco saliendo con la pelota dominada, convirtiéndose de acuerdo a como lo exigiera el partido en un quinto defensa, tenía 29 años y atravesaba por su última gran temporada. Ese año él solito eliminó al River Plate de Ramón Díaz en semifinales de Copa Libertadores marcándole un gol de tiro a libre a Burgos en Medellín y tapando de todo, incluso, el penal decisivo en el partido de vuelta jugado en el Monumental de Núñez. Sus reflejos también fueron decisivos para que Colombia eliminara a Paraguay en cuartos de Final de la Copa América y ahora salía esta jugada de otro planeta, una jugada que volvió a reivindicar al fútbol con el espectáculo en esos oscuros años noventa  en donde las tácticas férreas parecían haberse llevado para siempre la diversión que conlleva tener una pelota en los pies.
Los ingleses que esa noche rieron y aplaudieron el Escorpión no sospechaban que ese hombre de peinado estrafalario y buzos multicolores se estaba derrumbando. Unos días antes del encuentro que jugaron los dirigidos por Hernán Darío “El Bolillo” Gómez en Londres, René había vuelto a frecuentar las ollas en donde encontraba el antídoto a todo el dolor represado en el alma. Sus allegados afirman que en la época de oro del Atlético Nacional a finales de los ochenta, el propio entrenador del conjunto verdolaga, Francisco Maturana, sacaba a su pupilo de las ollas en donde se sentía más cómodo, en donde no era juzgado. El autor de este texto es Iván Gallo. Leer artículo completo y ver hilo de debate en las2orillas.co.