¿Os acordáis de Parque Jurásico? Pues esto es muy parecido: han logrado devolver una especie extinta a la vida gracias a su ADN. Lo que pasa es que no es tan molona como los dinosaurios. De hecho, es una criatura bastante rara y hasta desagradable conocida como 'reobatrachus silus' o, para los amigos, la rana australiana que pare a sus hijos por la boca.
Se trata de una rana nativa de Queensland, Australia, que se da por extinguida desde 1981. Es -era- la única especie conocida que incubaba en el estómago, gracias a que los huevos secretaban una sustancia que inactiva las enzimas digestivas.
¿Y cómo la han 'resucitado'? Gracias a unos tejidos que guardaron hace 40 años en un congelador convencional. A partir de ellos, los científicos del Proyecto Lázaro han logrado recuperar un núcleo celular e implantarlo en un óvulo de otra especie de rana. Lo cierto es que ninguno de sus intentos ha pasado de las primeras fases de desarrollo embrionario, pero los análisis genéticos son esperanzadores. Probablemente, dentro de muy poco, la rana extinta a principios de los 80 volverá a saltar en un laboratorio.