La muerte del dragón Pierre Duval (y VI) | Relato literario de Eva Borondo

Sábado, 3 de junio de 2017 | e6d.es
• “Sí, ahora lo recuerda todo. Un escalofrío es lo que siente Pierre Duvall antes morir”

Pascal Merger. ¿Cómo olvidarlo? La guerra es más cruel si cabe porque existen hombres como él. El teniente Pascal Merger tenía a su cargo la división de dragones del general Privé que entró en Andalucía bajo las órdenes del general Dupont. La misma que saqueó Córdoba, asoló las comarcas jiennenses y se enfrentó en la batalla de Bailén, donde fracasaron y la Grande Armée fue derrotada.

Pierre Duvall leía en el rostro de su oficial al mando, el teniente Pascal Merger, los recuerdos auténticos de su propia historia. Pierre, que había sido un guerrero ejemplar, tras las capitulaciones de Bailén fue llevado al Puerto de Santa María con la idea de ser conducido de nuevo a su país.

Soldados españoles les entregaron a los franceses cantimploras para el camino. Beber ese agua, después de tantos días de sed, les llenó el ánimo de alegría, a pesar de no ser ellos los vencedores de la contienda. Algunos vomitaron el líquido sobre sus pantalones porque no fueron capaces de soportar el impulso de bebérsela toda. Después lloraban de frustración y en las filas parecían los payasos tristes de los circos, la burla de los hombres.

Pierre Duvall viajaba junto a la mayoría de los soldados de Dupré, en el grupo del teniente Pascal Merger, y cuando llegaron al Puerto de Santa María los españoles registraron su caravana.

Se sabía que muchos franceses pretendían llevarse botines de los numerosos robos y por eso le abrieron al teniente Merger su baúl. Allí descubrieron una vez más, piezas de oro, reliquias de plata, monedas y algo que no parecía tener mucho sentido, unos mechones largos de cabello probablemente de una mujer. Mientras registraban sus cosas, Merger silbaba la Marsellesa.

Pierre Duvall recuerda todo eso, recuerda que fue el motivo de que no embarcaran y los condujeran a unos pontones en Cádiz donde permaneció en condiciones terribles durante meses escuchando quejidos, histerias y, cómo olvidarlo, la tonadilla del himno nacional que silbaba Merger y que el grupo entero cantaba para animarse.

Después de unos meses de encierro los volvieron a embarcar para abandonarlos en la isla de Cabrera. Sí, ahora lo recuerda todo. Un escalofrío es lo que siente Pierre Duvall antes morir. Fin #p#ierreduval


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