La limitación de pagos en efectivo superiores a mil euros va en contra de la libertad individual

Lunes, 5 de diciembre de 2016 | e6d.es
• Para conseguir la total desaparición del dinero en efectivo, nos están organizando como al ganado



Parece inevitable que prohíban los pagos en efectivo superiores a mil euros, una medida que muchos apoyarán porque previamente se les ha convencido de manera sibilina de que es para evitar el blanqueo de capitales, para luchar contra los delincuentes y el dinero negro… Pero todo eso es simple palabrería absurda. No es cierto que la limitación del dinero en efectivo tenga ese objetivo. Ahora van a prohibir los pagos en efectivo superiores a mil euros; hace poco empezaron prohibiendo las cantidades superiores a 2.500… El objetivo es hacer desaparecer por completo el dinero en efectivo.
 
Prohibición de realizar pagos en efectivo superiores a mil euros
Muchos de los que se escandalizan porque Facebook «controla» los gustos de las personas para hacerles llegar la publicidad que más le puede interesar a cada cual, están a favor de la prohibición de realizar pagos en efectivo superiores a mil euros. Quizá es porque no piensan el control que supone que todo se pague vía banco y tarjetas de crédito (o teléfono móvil). Con esa información, no solo saben todo lo que compramos, sino lo que nos cuesta cada cosa, dónde lo compramos, por dónde nos movemos, el tiempo que dedicamos para cada compra y lo que dedicamos a cada tipo de gasto.
La limitación de pagos en efectivo superiores a mil euros va en contra de la libertad individual, pero nos lo venden como que es para controlar a los «malos». Nos quieren convencer de que el dinero en efectivo es sinónimo de dinero negro o dinero de origen ilícito, y eso no es cierto. Esta medida es puramente intervencionista y nos lleva un paso más cerca de 1984. Orwell ya anunciaba ese control absoluto sobre el ciudadano en su novela futurista.
Para conseguir la total desaparición del dinero en efectivo, nos están organizando como al ganado; primero convenciéndonos mentalmente de que es bueno para nosotros, que solo es para luchar contra delitos que nos perjudican a los que no los cometemos. Una vez convencidos de la bonanza de sus intenciones y de que la cosa no va con nosotros, van reduciendo progresivamente los límites de disposición de efectivo. Primero fueron 2.500 euros y ahora serán 1.000. ¿Seguirán bajando poco a poco o la próxima será ya el anuncio de que dejarán de imprimir moneda? ¿Cómo de envalentonados están ya?
Resulta paradójico que nos digan que tenemos derecho a que nuestros ordenadores no hagan seguimiento si no queremos con las conocidas galletitas de datos, de lo que hacemos, de que tenemos derecho a que borren nuestros datos de las bases de datos de las empresas, del olvido de Google, de que hayan sacado esa estúpida ley de protección de datos que no sirve para nada (otra excusa para sancionar)… y que acaben obligándonos a pasar por el banco incluso para comprar una entrada de cine. Sabrán qué película vemos y cuál no, sabrán la ropa que compramos y conocerán nuestros secretos sexuales, nuestros gustos culinarios, literarios, si nos gusta que llueva o no, si preferimos pasear o correr, o somos aficionados al cante jondo…
 
¡Cada vez más cerca del estado policial!
Y no parece la maniobra de un partido político, en este caso del PP. La cosa parece de mucho más arriba porque no estoy oyendo ninguna oposición a este tipo de medidas (de hecho la primera limitación la anunció el PSOE y la llevó a cabo el PP cuando llegó al poder). ¿Por qué? ¿Da lo mismo que nos gobierne el PP que el PSOE o Podemos? Discuten por cosas que apenas tienen trascendencia, hablan de tonterías en sus cuentas de Twitter enzarzándose en interminables discusiones de colegiales, y mientras, llegan a acuerdos tácitos como estos que no se limitan a España. ¿Qué está pasando? ¿Acaso no nos importa lo que están haciendo? ¿Creemos que no va con nosotros?
Los bancos son uno de los grandes beneficiarios de todo esto porque no solo tendrán un control absoluto de nuestras finanzas, sino que estaremos presos de cualquier tipo de medida, comisión o abuso que quieran cometer con nosotros. Pero no parece importar a nadie; la gente prefiere quejarse del manejo de sus fotos por parte de Facebook.
No podemos permitir que nos digan cómo hemos de realizar nuestros pagos cuando se trata de dinero ganado honradamente y que ya ha pagado sus impuestos. No podemos dejar que se nos compare con delincuentes por utilizar dinero en efectivo. No podemos consentir que se convierta en un pseudodelito pagar con un billete de quinientos que no hemos impreso nosotros…
Hace muy poco y aunque ha pasado bastante desapercibido, India retiró SIN PREVIO AVISO los billetes de 500 y 1.000 rupias…
Pero vuelvo a decirlo… ¿A quién c… le importa? ¡Sigamos quejándonos de Facebook que es más cool!

Ramón Cerdá
 
* Ramon Cerdá es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Ramón Cerdá es autor del blog "El blog de Ramón".



 
._000379