La falta de un saneamiento básico está relacionada con cinco millones de muertes al año

Lunes, 3 de diciembre de 2012 | e6d.es
• El 80% de las enfermedades que acaban en muerte se contagian por consumo o contacto con agua en mal estado

Letrinas para emergencias de bajo coste, campañas de lavados de manos o movilizar a las comunidades para que ellas mismas decidan sus propios métodos para acabar con prácticas poco saludables, son algunas de las soluciones que propone Acción contra el Hambre para reducir la mortandad por causas relacionadas con la falta de saneamiento.
La falta de un saneamiento básico está relacionada con cinco millones de muertes al año y es uno de los Objetivos del Milenio peor encaminados.
Se calcula que una inversión de un euro en un proyecto de saneamiento genera un retorno de 9,1 euros.
Los datos hablan por sí solos. Cada día mueren en el mundo 5.000 personas por causas relacionadas con la diarrea, mientras que el 80% de las enfermedades que acaban en muerte se contagian por consumo o contacto con agua en mal estado. Esto quiere decir que matan cada año a cinco millones de personas: diez veces más que las guerras. Unas cifras que con una mejora en el saneamiento básico podría reducirse en un 36%.
Hablar de saneamiento es hablar de salud pública, si bien es cierto que el impacto del saneamiento sobre el bienestar general no es tan evidente ni tan inmediato como el de una distribución de alimentos o de agua potable… y esto lo relega a los últimos lugares de las listas de prioridades de gobiernos y comunidades. “Pese a que hoy existen soluciones sencillas y demostradas que podrían asegurar un saneamiento básico a los 2.600 millones de personas que carecen de él, la comunidad internacional suele olvidarse de este sector en sus programas de cooperación y los gobiernos del sur suelen relegarlo en la lista de prioridades de inversión pública”, explica el Responsable de Agua y Saneamiento de Acción contra el Hambre, Pablo Alcalde.
Aunque en el imaginario colectivo el saneamiento está asociado con una fuerte inversión pública en infraestructuras, existen soluciones sencillas al alcance de los países en desarrollo que podrían aliviar en gran medida esta carencia.


Saneamiento Total Liderado por la Comunidad
El programa denominado “Saneamiento Total Liderado por la Comunidad” se concentra en poner fin a la defecación a campo abierto como un primer paso importante y punto de partida para modificar comportamientos sanitarios. Mediante la observación de sus hábitos y los efectos negativos que tienen sobre toda la comunidad y su salud, se generan sentimientos de vergüenza y desapego hacia prácticas como la defecación a campo abierto que conducen a una conciencia general por un medio ambiente limpio e higiénico que beneficie a todos.
“Se invita a las comunidades con las que trabajamos en regiones como el Sahel a visitar las zonas más sucias del barrio y al ver las prácticas que muchos de sus miembros llevan a cabo habitualmente, se suscita repulsión y pudor. Así, mediante este provocador método, es la propia gente quien comprende la importancia de las buenas prácticas en saneamiento y su repercusión en la salud pública. Son ellos mismos quienes toman sus propias decisiones para convertirse en zonas libres de defecación a campo abierto”, señala Elisa Giménez, técnico de Agua y Saneamiento de Acción contra el Hambre.

Campañas de lavado de manos
Algo tan sencillo como el lavado de manos con jabón tiene un efecto sobre la incidencia de la diarrea de un 44%, considerándose como una de las intervenciones más efectivas contra esta enfermedad. Esto es consecuencia de que la mayoría de las infecciones por diarrea se producen por la falta de higiene o por el contagio mano a mano. Así pues, la incidencia de otras enfermedades como las respiratorias, las dérmicas, las oculares y, en última instancia, la mortalidad infantil, pueden ser reducidas con el lavado de manos.
“En Acción contra el Hambre consideramos esta actividad como prioritaria. Que la población pueda comprender el impacto de la higiene y el saneamiento en la salud y el bienestar es clave para que incluyan estas prácticas entre sus prioridades de vida. Además, la experiencia nos ha venido demostrando que es más eficaz dirigir estos mensajes a las mujeres”, comenta Elisa Giménez.


Letrinas elevadas
Tras el paso de la tormenta tropical Ketsana por Manila en 2009, con más de tres millones de personas afectadas, muchas de las instalaciones sanitarias quedaron destruidas. Ante el déficit de de infraestructuras de saneamiento y la urgencia que la situación requería, Acción contra el Hambre puso en funcionamiento sistemas de letrinas elevadas.
“Este económico sistema nos permite su instalación fácil y rápidamente, sin excavar fosas sépticas, ya que en un período relativamente breve de tiempo se volverá a la normalidad, con unos materiales que, a pesar de su bajo peso que facilitan su transporte, pueden resistir nuevas inclemencias y pueden ser reutilizados. En definitiva, se trata del primer sistema de letrinas en superficie existente en el mercado diseñado para situaciones de emergencia y que puede ser utilizado de manera generalizada, sin requerimientos constructivos y de instalación que impidan su uso en diferentes realidades de emergencia”, señala Pablo Alcalde.
Se calcula que una inversión de un euro en un proyecto de saneamiento genera un retorno de 9,1 euros, lo que podría convertirlo en una de las inversiones económicas más rentables para los países empobrecidos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cumplir con el Objetivo del Milenio número 10 (reducir a la mitad el número de personas sin acceso a una fuente segura de agua y saneamiento básico) supondría una ganancia global de 66.000 millones de dólares dado el ahorro de tiempo, la mejora de la productividad y la reducción de las enfermedades, de las muertes y de los costes de salud. Y es que, aunque parezca una obviedad, “estar enfermo cuesta mucho a tu país”, concluye Pablo Alcalde. Leer la noticia en su fuente original accioncontraelhambre.org.