Historia del género humano | Relato literario de Eva Borondo

Sábado, 21 de noviembre de 2015 | e6d.es
• “Al principio creó Dios los cielos y la Tierra”

-Al principio creó Dios los cielos y la tierra.
-¿Por qué?
-La tierra estaba confusa y vacía.
-¿Y qué? ¿Era necesario?
-No sé. Sólo que Dios lo vio “bueno”, así dice la Biblia. Dios vio bueno crear opuestos. No le bastaban las tinieblas, creó la luz; frente al agua, “lo seco”.
-¿Por qué creó al hombre y a la mujer?
- A imagen de Dios, es decir, como dominadores de todo, para que tuvieran poder “sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuántos animales se mueven sobre ella”.
-Dios creó dioses dominantes pero se reservó el poder de dominar sobre ellos y se divirtió metiendo frutos prohibidos en el centro del jardín del Edén.
-No comáis, dijo. ¿Es así?
-Cierto. No comáis, dijo, y les plantó el secreto a un hombre y a una mujer, en el medio de un bosque de lo más aburrido.
-La curiosidad les picó, ¿verdad? No fue la serpiente.
-Cierto. La curiosidad y la misma esencia del hombre de romper sus límites.
-¿Por qué fue la mujer la que tomó la manzana y desafió a Dios?
-Eso es irrelevante. Pudo ser el hombre, sólo que esta vez… en esta ocasión, fue ella.
-Conocieron así el bien y el mal. Pero no sintieron vergüenza de sus cuerpos desnudos. Sólo vieron el mal y se taparon.
-Claro. Vieron el mal en el juego de Dios, del Padre, aquello de saberse mortales les abrió los ojos y sintieron finalmente que habían nacido para morir. Dios los hizo en tiempo limitado. Dios les dio vida y les dio capacidad de dar vida, pero le puso tiempo a las suyas.
-Adán estaba “temeroso” de Dios, pero no Eva. Entre ellos no estaban enfadados. Sólo Dios estaba molesto porque los hombres vieron el Mal en Él.
Y se vengó con crueldad, como un niño caprichoso, y los expulsó del Edén antes de que pudieran probar el fruto del árbol de la Vida eterna.
-Fue una veleidad del destino que naciera el hombre en la tierra: el pasatiempo de un Niño travieso.