Ha muerto Mandela, la última leyenda del siglo XX

Jueves, 5 de diciembre de 2013 | e6d.es
• De sus 95 años pasó 27 en las cárceles del Apartheid

El preso 46664 ha muerto. Nelson Mandela (Qunu, 18 de julio de 1918), la última leyenda política del siglo XX, falleció hoy a los 95 años. Su estancia de 27 años en las cárceles del Apartheid ha acabado, finalmente, provocando su muerte. Aunque nunca, de alguna forma inconcebible, logró quebrar su espíritu o mermar su fuerza, que terminó transformando a toda una sociedad, a todo un sistema de segregación racial que durante décadas parecía perpetuo.
Inspiración para millones de personas en todo el mundo, Madiba -el nombre que le regaló su clan y el que utilizaban sus compatriotas para referirse a su héroe- obtuvo la admiración casi unánime de su Sudáfrica natal y del mundo por su obstinada batalla por la igualdad racial. También por su liderazgo de una transición modélica que permitió, tras masacres como Shaperville, vivir a negros y blancos en relativa paz en una tierra donde el odio tenía raíces de baobab, recias y profundas.
“Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que las personas puedan vivir juntas y en armonía con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”. Lo dijo Mandela ante un tribunal que le juzgaba por alta traición. En marzo de 1960 había tenido lugar la tragedia de Shaperville, en la que la policía afrikáner abrió fuego contra una manifestación, matando a 69 personas. Todos eran negros. El impacto de la masacre en Sudáfrica, y obviamente en Mandela, fue enorme. Meses después, convencido de que la lucha armada era la única vía, se puso al frente del grupo terrorista Lanza de la nación. No obstante, en los muchos años que le quedaban por vivir, Mandela demostraría una coherencia inmensa con aquella frase.
Como familiar de los jefes de la tribu de los Tembu, habitantes de la paupérrima región de Qunu, Mandela fue educado para convertirse en líder de su clan desde el momento en que la muerte de su padre, cuando tenía nueve años, acabó con una infancia plenamente africana, una niñez de hijo de un clan de pastores, sin ningún tipo de contacto con el hombre blanco. De hecho, Nelson no era su nombre real. Se lo puso uno de sus primeros profesores, una misionera británica, porque Rolihlahla Dalibhunga Mandela era demasiado africano para labrarse un futuro en un país y una época en la que los blancos, sinónimo de progreso, eran considerados semidioses. Aún faltaba tiempo para el Apartheid.
Nelson no aceptó su destino de jefe tribal. En cambio, estudió Derecho y comenzó a dar muestra de su inquietud política. Por aquel entonces, no era el brillante orador que ha quedado grabado en nuestra memoria; era un hombre tímido, reacio a hablar en público. Pero su inmersión en política y sus primeros pasos en la lucha contra el régimen del Apartheid, cuya xenofobia y segregación racial decidió combatir, le cambió.
Se unió al Congreso Nacional Africano en 1942. Fundado en 1912 para luchar por los derechos de la población negra, el CNA era el férreo opositor al Partido Nacional de Sudáfrica (PN), la formación que en 1948 había ganado unas elecciones en las que sólo podían votar blancos y había instaurado un sistema de segregación racial. Mandela recorrió su país dando mítines e incitando a la desobediencia civil, en la que se incluían actos de resistencia violenta. Por ello fue arrestado y acusado de alta traición por un régimen que le consideraba un terrorista. Leer noticia completa y ver hilo de debate en elconfidencial.com.