Es un dato de la mayor importancia política, porque sin la Comunidad Valenciana el PP no tiene ninguna posibilidad de gobernar: según las encuestas internas del propio PP, la caída es espectacular, sin suelo, de modo que ya es superior a los veinte puntos, lo que implica que el PP no sólo no obtendría mayoría absoluta sino que tampoco sería el partido más votado.
Las fuentes populares, altamente alarmadas, no acaban de concretar el nivel del descenso en la intención de voto, pero incluso el PP podría no ser ni tan siquiera el segundo partido más votado. Sólo especifican que ahora mismo obtendrían el peor resultado de su historia, incluidas las etapas en las que gobernó el PSOE en Valencia. Esto significa que el PP perdería la Generalitat valenciana, las tres diputaciones y casi todos los ayuntamientos, en alguno de los cuales, como el de Elche, por la nefasta gestión de Mercedes Alonso, el resultad previsible es aún peor. Estos datos han disparado las conspiraciones para descabalgar a Alberto Fabra, actual presidente de la Generalitat, como candidato. Son continuos los mensajes a Génova para que retire el apoyo concedido por Rajoy, aunque no se percibe una personalidad alternativa, porque tanto Rita Barberá como Esteban González Pons aparecen como figuras desgastadas por los escándalos.
El PP de la Comunidad Valenciana une una crisis económica pavorosa, con otra institucional, a la que suma una situación de corrupción con diez diputados autonómicos y numerosos alcaldes imputados. Las medidas de la Generalitat valenciana se están cebando, además, con los menos favorecidos. Esta última semana se conocía que los centros de menores no tienen ni para la comida y que la Generalitat les adeuda seis meses. También se daba a conocer que la Generalitat valenciana reducirá los sueldos a los médicos que no restringan los gastos médicos, lo que parece un mensaje a incentivar un mal tratamiento.
Además, tras el verano, empieza el calvario judicial del PP, y aunque los populares tienen bien controlada la Justicia y todos los miembros de las Audiencias provinciales y del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana les deben el puesto, la indignación de la ciudadanía reduce la capacidad de maniobra.   Fernando Soler.  Leer noticia completa en alertadigital.com