El origen de las tarjetas amarilla y roja

Viernes, 15 de marzo de 2013 | e6d.es
• Todo cambió a raíz de un Inglaterra - Argentina, correspondiente a los cuartos de final del Mundial de 1966

La FIFA ha sido noticia recientemente porque, al fin, ha decidido adecuarse a los tiempos en los que vive implantando la tecnología para que desaparezcan de una vez por todas los llamados ‘goles fantasma’. El máximo organismo internacional de fútbol, muy de tanto en cuando, se libera de la ‘burrocracia’ con la que suele actuar para tomar medidas que suelen favorecer al desarrollo de este deporte. Otra de ellas fue cuando se decidió la implantación de las tarjetas amarillas y rojas. 
Hoy en día vemos normal que durante el transcurso de un partido un jugador reciba una amonestación. Sin embargo, esto no siempre fue así, ya que las tarjetas se implantaron a partir de 1970, con motivo del Mundial que se celebró en México.
 Hasta entonces todo se hacía de manera verbal. Es decir,  el árbitro avisaba de manera personal de manera personal al jugador de que se estaba excediendo sobre el terreno de juego o lo expulsaba directamente si consideraba que había sido lo suficientemente agresivo.
Todo cambió a raíz de un Inglaterra - Argentina, correspondiente a los cuartos de final del Mundial de 1966, en el que hubo bastante juego duro. Según la prensa de entonces, tanto Bobby Charlton como su hermano Jack como su hermano Bobby Charlton fueron amonestados, pero los espectadores no habían podido deducir este hecho de los gestos del colegiado Kreitlein, al igual que el director técnico del equipo inglés Alf Ramsay, quien solicitó explicaciones a la FIFA. 
Esto hizo pensar al árbitro británico Ken Aston en buscar alguna solución para que en un futuro esta situación no se volviera a repetir y todos supieran perfectamente qué jugadores estaban ya avisados de que como volvieran a hacer una entrada dura podían irse a los vestuarios antes de que concluyera el partido.
Y un día cuando circulaba con su coche dio con la clave: “Mientras conducía por la calle Kensington de Londres, el semáforo se puso en rojo y pensé: ‘Amarillo’, puedes aún pasar, ‘Rojo’, alto, fuera del terreno”.
Decidió entonces presentar su propuesta y la FIFA acabó dando el visto bueno al método de Aston para que se empezara a utilizar con motivo del Mundial de 1970.
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