El marqués de Sade, algo más que perversión sexual

Martes, 21 de octubre de 2014 | e6d.es
• ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de leyenda en torno a su figura?

No era peor ni diferente que muchos de sus contemporáneos, pero se llevó la fama de hombre desalmado por dar un paso al frente y reconocer abiertamente sus prácticas sexuales. Como él mismo escribió, “sólo hice aquello que hace todo el mundo. Soy un libertino, pero no un criminal”. Y era cierto, Sade simplemente seguía la moda de la nobleza y el clero de la época.
Hay que dejar de lado las leyendas y los prejuicios para acercarse a una de las figuras más controvertidas de todos los tiempos. Hijo de un noble y una beata que se desentendió de él cuando era apenas un bebé para ingresar en un convento, fue educado por su tío, un sacerdote que impartía misas con la misma naturalidad con la que se entregaba a orgías con las parroquianas.
Acostumbrado a la sexualidad desde niño, fue casado con una mujer extremadamente conservadora. Pronto comenzaron sus contactos con las prostitutas de la capital francesa y los ambientes libertinos de la corte.
Por aquel entonces era común encontrar en cualquier librería parisina manuales como el ‘Tratado de los azotes y los aspectos físicos del amor’ o ‘Sobre la utilidad de la flagelación’, publicados sin censura.
La doble moral de la época hizo que el marqués de Sade entrara y saliera varias veces de la cárcel por expresar sin medias tintas sus preferencias sexuales.
¿Cuánto hay de realidad y cuánto de leyenda en torno a su figura? Nieves Concostrina nos descubre la historia del marqués de Sade y sus aportaciones a la literatura universal.
 
 
La mala fama del marqués de Sade,
por Nieves Concostrina