Cortometraje | Rastros. La travesía de un personaje empeñado en dejar huella por donde va

Lunes, 25 de julio de 2016 | e6d.es
• "Cuando la vida me presente razones para detenerme, le demostraré que puedo continuar..."

Una metáfora de lo fugaz que puede resultar la vida, forma parte de la esencia de “Rastros” el cortometraje dirigido y escrito por Carlos Armijos Gómez. Nacido en Machala no se imaginó residir en Cuenca y mucho menos que sería en esta ciudad donde cumpliría uno de sus sueños con el séptimo arte, ya que a sus 18 años grabó el cortometraje que lo hizo merecedor del primer lugar como mejor video sección youtubers, en los premios que otorga cada año El Festival de Cine La Orquídea.
Desde niño Armijos estuvo vinculado con las artes, durante las horas de clase y en sus tiempos de descanso trataba de elaborar comics o historietas; su imaginación le permitía crear la historia, los personajes y sus características.
A los 12 años de edad se inclinó por la literatura, y pese a que ganó varios concursos de microcuentos nunca dejó de lado las historietas, su mundo giraba en base a los dibujos y la escritura, hasta que el teatro y el cine ocuparon un lugar importante durante su adolescencia.
El simbolismo y la subjetividad está presente en cada escena de Rastros, pues a Carlos le gusta mucho jugar con estos detalles en sus trabajos cinematográficos, ya que, según él, los espectadores sacan sus propias conclusiones y se pueden identificar desde diferentes facetas durante la secuencia del cortometraje. Una de ellas es cuando un payaso deja rastro con el confeti, pues según el autor del corto, en esta escena se muestra lo que se deja después de una celebración.
El rodaje del corto se realizó en cuatro días y a decir de Armijos, una de las dificultades del rodaje era que el maíz (un elemento importante que representa el contacto con la Tierra) se tenía que limpiar, al finalizar cada toma, y se retome todo el trabajo nuevamente.
Este trabajo audiovisual que dura 4:14 intenta plasmar a cada una de las personas dejando una huella  o un recuerdo y más aún cuando forman parte de la vida de otra persona, además intenta mostrar a aquellas relaciones limitadas que tienen un tiempo de duración, “a veces se unen dos caminos, así como las dos líneas de maíz, el tiempo los une, pero luego te separa y te devuelve a ti mismo, por eso Rastros es una historia simple, pero muy honesta” añade Armijos.
Para Carlos este corto forma parte de uno de los rastros que él quiere dejar en el cine y en su vida, pues a través de la pantalla intenta forjar una realidad mágica, donde el espectador se olvide que atrás de todo trabajo cinematográfico hubo cámaras, encuadres, un guion y personajes.
Para este joven apasionado por el cine, el dibujo y la literatura; Rastros fue su sueño hecho realidad, y anhela emprender muchos proyectos y contarnos muchas más historias que están en mente, para así dejar un nuevo rastro.
Johanna Ochoa Aguirre