Varias decenas de personas se concentraron en la tarde de ayer en Cullera para evitar el cierre de la guardería Sambori ubicada en una zona de nueva construcción de la ciudad. Precisamente, éste es el origen del conflicto ya que el dueño de otra guardería de Cullera denunció su apertura por considerar que las licencias otorgadas por el Ayuntamiento no son válidas al no estar recepcionadas las obras de urbanización de esta zona que comenzó en 2001 y que debería haberse finalizado en 2010. Una sentencia del juzgado contencioso administrativo de Valencia ha avalado al demandante pero esta decisión se encuentra recurrida aunque el ayuntamiento de Cullera ha comenzado la tramitación del expediente de clausura. Leer noticia completa en lasprovincias.es