Una familia marroquí asentada en l'Alcúdia, al borde del desahucio

Viernes, 14 de septiembre de 2012 | e6d.es
• La expulsión del domicilio de sus seis miembros estaba prevista para ayer, no se realizó y afirman que no tienen dónde ir
La familia formada por Bentayeb, Badia y sus cuatro hijos, de entre 5 y 18 años, pasó una mañana de nervios e incertidumbre al estar fijada para la una de la tarde la expulsión de su domicilio, en l'Alcúdia, por no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca.
Algo más de una decena de miembros de la plataforma 'Stop desahucios' se concentró a las puertas del domicilio de esta familia originaria de Marruecos, pero su labor no fue necesaria al no acudir los representantes del juzgado como tenían previsto y les habían anunciado por escrito.
La historia de esta familia, por desgracia, no es única en la Comunitat, y deja una nueva muestra de las consecuencias de la crisis. El padre de familia, Bentayeb, trabajaba unos tres meses al año en la cooperativa local cosechando naranja, pero desde diciembre está en febrero y ya el pasado mes de febrero dejó de percibir ayuda alguna y provocó que su estabilidad monetaria aún fuera menor.
La situación económica de la familia tampoco era buena con anterioridad. Llevan seis años en l'Alcúdia y el último año y medio no han podido hacer frente a la hipoteca, por lo que les llegó la orden de desahucio, una situación desesperada porque, según explicó Fátima, la hija mayor, de 18 años, «no tenemos dónde ir».
Fátima está estudiando segundo de bachillerato en el instituto de la localidad y, al igual que sus hermanos, confía en que se pueda encontrar una solución cuanto antes y acabe lo que para ellos no es más que una pesadilla: «El banco nos dice que ellos ya no tienen nada que ver con esto, que ahora es el turno de la justicia».
De este modo, están sobreviviendo gracias a las ayudas que les ofrecen los ex compañeros de trabajo de Bentayeb, algo que la familia agradece con sinceridad pero que, consideran, no puede sino ser una solución temporal.
Por el momento, y tras la falsa alarma de ayer, en la que estuvieron con el corazón en un puño a la espera del retén judicial, desconocen cuánto tiempo más podrán permanecer en su domicilio ubicado en la calle Músico Fernandet Miquel. Manuel García.  Foto: eltotdigital   Leer noticia completa en Las Provincias