Un joven de Alginet que 'sufrió' el indulto a un condenado por apuñalarle se 'identifica' con la familia que pide revocar el perdón al kamikaze

Martes, 5 de febrero de 2013 | e6d.es
• "Conozco la impotencia de saber que un culpable no pagará por lo que ha hecho"
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Aunque puede haber excepciones, los indultos en determinados delitos suelen profundizar en la herida de las víctimas. Sergio Lacal afirma identificarse plenamente con la situación que vive la familia de José Alfredo Dolz, el vecino de Alzira fallecido en un accidente provocado por un kamikaze, ya que él pasó por algo parecido. "Lo suyo es mucho peor, yo aún puedo abrazar a mi padre y a mi madre y doy gracias", comenta este joven de Alginet, que vivió los mismos momentos de "impotencia e indignación" cuando se enteró de que su agresor, condenado a cinco años de prisión por propinarle una puñalada que casi le cuesta la vida, había sido indultado sin siquiera pisar la cárcel. "Yo creía en la justicia, pero te preguntas para qué sirven los jueces si deciden una cosa y luego otro la revoca, es todo un farsa".
Lacal afirma estar a disposición de la familia Dolz para respaldar su lucha ya que considera que "un delito de sangre no merece un indulto". "Hay gente que sufre esos indultos injustos", comenta.

"Me quedé alucinado"
Aunque ya han pasado algunos años, Sergio Lacal recuerda perfectamente el "día y la hora" en que se enteró de que habían indultado a su agresor. Se encontraba en Xàbia, era domingo, y tras ser alertado fue a comprar el periódico para confirmar la noticia. "Me quedé alucinado", señala. Este joven que ahora cuenta con 31 años observa ciertos paralelismos en su caso y el del kamikaze ya que, en ambos, el Tribunal Supremo había ratificado la condena; en los dos casos la víctima se opuso al indulto y, también en ambos casos, los acusados proceden de un entorno "influyente".
Según explica, el padre de su agresor movió cielo y tierra para impedir que su hijo entrara en la cárcel, en una estrategia que culminó con una recogida de firmas. "Recogió un montón de firmas con una frase muy simple diciendo que era inocente de los cargos y que no debía de entrar en prisión y hasta hay gente de mi pueblo que piensa que le acusé sin razón", recuerda, mientras señala que "esto pasa porque la gente piensa que con dinero se puede tapar todo".
La agresión se produjo en el aparcamiento de una discoteca de Alginet cuando, según recuerda Sergio, un coche mal aparcado les impedía sacar el vehículo de su hermano y permaneció un rato con unos amigos "contando chistes". Ante las risas de uno de ellos, un joven de Carlet se acercó y, tras preguntar si se estaban riendo de él, empezó a golpear a uno de sus amigos. "Se formó una buena riña, yo le cogí, le aparté, pero me pegó un navajazo y se fue", relata, mientras recuerda que durante los quince días que estuvo ingresado en el hospital, cinco de ellos en la UCI, el agresor se personó en su habitación para disculparse, "pero no dejé que entrara".  P.F.  Leer noticia completa en Levante-EMV