Oír bien nos ayuda a ser más felices

Descubre en qué consiste una revisión auditiva

¿Tiene que subir el volumen de la TV más de la cuenta para poder oírla o entenderla?
¿Pide a menudo a la gente que le repita lo que acaba de decir?
¿Se siente cansado e irritado después de una larga conversación?
¿Le cuesta seguir una conversación en situaciones de grupo o en locales con mucha gente?
¿Y cuando el entorno es silencioso?
¿Le resulta difícil llevar a cabo una conversación telefónica?
¿Ha recibido quejas de los demás por hablar demasiado alto?
¿Ha notado que ya no oye el timbre del teléfono o cuándo llaman a la puerta?
 
Si algunas respuestas a estas preguntas son SÍ, puede que tenga un problema de audición. Por tanto, sería conveniente hacerse una revisión auditiva. Las revisiones han de ser realizadas siempre por personal titulado y cualificado.
 
 
 1- ANAMNESIS: recogida de datos del paciente. Tanto personales, como antecedentes familiares de hipoacusia, antecedentes personales de patología ótica o si viene remitido por el otorrino...
 
 2- OTOSCOPIA:  Se realiza mediante un otoscopio, instrumento que se utiliza para explorar el conducto auditivo externo. Observamos el tímpano por si hay alguna anomalía, vemos si hay tapón de cera...
 
 3- ACUMETRÍA:  Es una prueba que se realiza para valorar cualitativamente la audición. Por un  lado compara la audición por vía aérea con la audición por vía ósea. Y por otro lado compara las vías óseas de ambos oídos. Esta prueba nos proporciona el tipo de hipoacusia del paciente.
 
 4- AUDIOMETRÍA:  prueba que determina cuánto somos capaces de oír, se realiza con un audiómetro. Se coloca al paciente en una cabina insonorizada, se le presenta un tono puro a varias intensidades y el paciente nos avisa levantando la mano cuando lo oye.
 
  
 Vías de recepción del sonido:
Vía aérea: se realiza con auriculares. Evalúa la capacidad del sonido a través del aire. El paciente nos avisa cuando oye el sonido.
 
Vía ósea: se realiza con un vibrador que se pone en la mastoides. Evalúa la capacidad de oír los sonidos a través de los huesos de la cabeza. El paciente nos avisa cuando oye el sonido. Con esta prueba medimos el nivel de hipoacusia de un paciente. Los resultados se representan en un audiograma, que es una gráfica en la que representamos el nivel de pérdida auditiva de un paciente. Se mide en decibelios.
 

 Niveles de pérdida auditiva
 - Audición normal: hasta 20 dB. El paciente no tiene problemas de oír ni de entender.
 
- Pérdida leve: de 20 hasta 40 dB. Tiene dificultades para oír y entender a personas que le hablen bajito o desde cierta distancia. Conversaciones con fondo ruidoso le resultan difíciles.
 
- Pérdida moderada: de 40 hasta 70 dB. Tienen dificultades de entender conversaciones aunque no haya ruido de fondo. Cuando hay ruido es extremadamente difícil.
 
- Pérdida severa: de 70 hasta 90 dB. Tiene dificultades de escuchar en todas las situaciones. Sólo entiende si se le habla alto y de cerca.
 
- Pérdida profunda: más de 90 dB. No oyen aunque se les grite o haya ruidos muy fuertes a su alrededor.
 
Ya sabemos cuánto oímos, pero... ¿cómo medimos la calidad de nuestra audición?
 
5 -LOGOAUDIOMETRÍA.
Nos informa desde el punto de vista cualitativo del estado de la audición, ya que no es lo mismo capacidad de oír, escuchar y comprender. Sobre todo en hipoacusias neurosensoriales, condiciona que a una determinada intensidad sea posible un reconocimiento tonal, pero no así un reconocimiento de la palabra.
Se le presenta al paciente una lista de palabras con mayor o menor intensidad y deberá repetir las palabras que entienda. El audioprotesista valora los fallos.
 
 Si necesitamos unos audífonos, el audioprotesista deberá de informar al paciente de los tipos y prestaciones de cada uno de ellos que se adecuen a la pérdida del paciente.


 

¿Uno o dos audífonos?
 Cuando la pérdida es de los dos oídos... llevar dos audífonos mejora:
- La estereofonía: la sensación sonora.
- La direccionalidad: identificamos de dónde vienen los sonidos.
- El entendimiento.
 
    Oír bien nos ayuda...
- A llevar una vida más activa
- A no sentirnos excluidos en reuniones familiares
- A no estar con el tiempo aislados de la sociedad
- A ser más felices...