Pepe Miquel, un inquieto agricultor de L'Alcúdia

Jueves, 28 de noviembre de 2013 | e6d.es
• El hombre que ha dado nombre a unas distinciones
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José Miquel Borrás, la persona que da nombre a estos premios, ha sido un hombre clave en el desarrollo del cooperativismo durante los últimos veinte años. Pepe Miquel (1936-2003), un inquieto agricultor de L'Alcúdia mostró desde joven una extraordinaria capacidad de innovación y una gran iniciativa empresarial, unidas a una decidida apuesta por la cooperación. Cualidades estas que le convirtieron en líder indiscutible del cooperativismo agrario español. Aunque Pepe Miquel ocupó numerosos cargos a lo largo de su trayectoria cooperativa, iniciada cuando tenía 26 años, su figura estará siempre asociada a Anecoop, a cuya presidencia accedió en 1988. Durante su presidencia, la entonces todavía modesta cooperativa de segundo grado se convirtió en la empresa líder en exportación hortofrutícola de España que es hoy. Bajo la tutela de Miquel, la cooperativa desarrolló su plan de internacionalización, adquiriendo participaciones en empresas europeas relacionadas con su objeto social. Se abrieron además nuevas oficinas de la cooperativa tanto en España (Almería, Sevilla, Murcia) como en Europa (Poznan, Helsinki, Basilea, Praga). Durante esta etapa, Pepe Miquel impulsó la creación de Agriconsa (Agricultura y Conservas, S. A.) en 1990, empresa que presidió también hasta su muerte. Cuando se constituyó Intercitrus, en 1993, Miquel fue elegido el primer presidente de la interprofesional que agrupa a todo el sector citrícola. A partir de 1995 ostentó la presidencia del Grupo de Cítricos de la Federación Valenciana de Cooperativas Agrarias (Fecoav), de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España, y del Copa-Cogeca, máximo órgano de representación en el ámbito europeo de los intereses de las cooperativas y sindicatos agrarios. En 1999 se constituyó, auspiciada por Anecoop, la Fundación Sabor y Salud, de la que Miquel fue también presidente hasta que falleció en 2003.
Miquel recibió numerosos galardones y reconocimientos. En el año 2001, el Ministerio de Agricultura le concedió la Encomienda de número de la Orden del Mérito Agrícola; también recibió, a título póstumo, la Medalla de Oro y el Diploma al Mérito Cooperativo, entregados por el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. Seguramente no será el único, pero sin duda Pepe Miquel mereció dar nombre a unos premios que tienen como objeto reconocer la labor que otros continúan desarrollando para hacer del cooperativismo valenciano el movimiento fuerte y dinámico que es hoy. Un cooperativismo que se sitúa entre los más prósperos de España y que presenta el mayor abanico de actividades económicas cubiertas por esta fórmula.
Hoy, el cooperativismo valenciano representado en la Confederación agrupa a más de dos mil quinientas empresas, con un millón y medio de personas socias, que dan empleo estable a más de 75.000 personas de manera directa, y con un volumen económico total que supera los 18.500 millones de euros.Pero su verdadero valor reside en el esfuerzo por la creación equitativa de riqueza, garantizada por los principios que inspiran su actuación económica; en su apuesta por el desarrollo sostenible; en su compromiso social con el entorno, materializado en las obras sociales que se financian con una parte de los beneficios; en su sensibilidad hacia los miembros de grupos sociales desfavorecidos; en su inclinación hacia la búsqueda de soluciones innovadoras, de la que son claro ejemplo experiencias destacadas en el sector de los servicios sociales, culturales y de ocio y de la enseñanza; y, sobre todo, en su decidida vocación humanista, que convierte a la persona y sus aspiraciones en el eje vertebrador de la empresa cooperativa. Leer noticia completa en lasprovincias.es