"Las cuentas y sus perjuicios para Sueca"

Viernes, 5 de octubre de 2012 | e6d.es
• "Gracias al señor Baldoví Sueca puede verse en una muy comprometida situación financiera"
Una vez mas, y ya son varias, nuestra ciudad es el punto de atención gracias a la nula gestión del señor Baldoví.
Algo mas que lamentable es el hecho de que Sueca vuelva a ser noticia por la falta de presentación de las cuentas ante el Síndic de Comptes en el periodo que el señor Baldoví fue alcalde.
Lamentable no solo por el hecho de que en les Corts Valencianes saliese el nombre de Sueca con la coletilla de opacidad sino que como bien dijo Rafael Vicente Queralt el pasado 27 de septiembre la excusa dada por Baldoví relativa a no remitir las cuentas con la excusa de faltar las del Consell Agrari no era importante, sino que mas bien era la falta de actitud del ex alcalde a solucionar el problema.
Llama poderosamente la atención, al ser un dato sumamente revelador de la conducta del señor Baldoví, que pese a la visita del Síndic de Comptes para comprobar lo que estaba sucediendo en Sueca este hiciese caso omiso, lo cual ha determinado no solo que dicho organismo califique de opacas las cuentas del Ayuntamiento sino que sea el propio Tribunal de Cuentas (no confundir con el Sindic) quien haya abierto un expediente por no rendir las cuentas.
El asunto tiene mayor enjundia de la que a priori parece, pues no solo esta el buen nombre que Baldoví pretende tener ahora que es diputado nacional, sino que ello puede determinar que a nuestra localidad se le denieguen las subvenciones que solicite por no presentar las cuentas. Si finalmente dicha medida se lleva a cabo por la falta de transparencia de Baldoví, con independencia del resultado de las mismas, las cuentas municipales se verán seriamente afectadas en claro perjuicio para toda la ciudadanía.
Sinceramente, gracias al señor Baldoví Sueca puede verse en una muy comprometida situación financiera, lamentablemente este se ha ido tarde a Madrid, por que realmente con lo tranquilo que estamos los suecanos sin el y que aun estemos con la herencia dejada.  Leer opinión completa en Las Provincias