Los científicos detectan la presencia del mosquito tigre en Cullera, Gandia y Sueca

Martes, 19 de noviembre de 2013 | e6d.es
• En Cullera se detectaron ejemplares de mosquito tigre en el parque Ausiàs March, en la plaza de San Isidro y en las cercanías del Club Náutico
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Un grupo de investigadores de las universidades de Zaragoza, Murcia y el Instituto de Salud Carlos III, dentro de un proyecto del Ministerio de Sanidad han detectado por primera vez ejemplares de mosquito tigre (Aedes albopictus) en la provincia de Valencia, en las poblaciones de Cullera y Sueca (la Ribera Baixa) y Gandía (la Safor). El hallazgo ha sido posible gracias al trabajo técnico promovido por el Centro de coordinación de alertas y emergencias sanitarias del Ministerio de Sanidad ya que «la gran expansión» del mosquito tigre «hacía temer por la inminente colonización de la provincia de Valencia», explican los autores en el artículo científico, publicado en la revista «Anales de Biología».
Los entomólogos han utilizado trampas de «oviposición» u «ovitrampas» que colocaron en «una línea marcada por los ejes viarios que conforman la AP-7 y la N-332», preferentemente en «jardines y parques urbanos, rotondas ajardinadas, zonas residenciales, urbanizaciones y cementerios». Han obtenido resultados positivos en Sueca (en un jardín urbano adyacente a la avenida Mestre Serrano y una rotonda en la salida norte hacia Valencia de la N-332). En Cullera se detectaron ejemplares de mosquito tigre en el parque Ausiàs March, en la plaza de San Isidro y en las cercanías del Club Náutico. Por último, en Gandia «fueron positivas con puesta de huevos, las ovitrampas de la zona de El Grau, en las inmediaciones de la UPV-Campus de Gandia, y otra en la zona residencial Grau i Platja».
«Lejos de detenerse, y tras una década desde su introducción en el país (en 2004), la incuestionable expansión del Aedes albopictus por el este peninsular es un problema patente e ineludible», señalan los autores del artículo. Uno de ellos, el valenciano Pedro Mª Alarcón-Elbal que trabaja en el Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza, advierte que «las autoridades deben tomar conciencia e invertir en la prevención. No hay que esperar a encontrar el mosquito, hay que anticiparse. No solo es necesario dedicar partidas presupuestarias al control de la plaga, sino también a la prevención del problema. Por otra parte los tratamientos con los adultos son muy agresivos, poco eficientes y pueden afectar al resto de fauna e incluso a las personas». El científico facilita a Levante-EMV tres claves para luchar contra la plaga del Aedes albopictus. «La primera es involucrar a la población en los planes de lucha contra el mosquito tigre: se deben eliminar los lugares potenciales de cría de esta especie como criaderos, botellas abandonadas, bebederos o macetas, ente otros. Ahí es donde van a criar las hembras».
En segundo lugar, las autoridades deben garantizar «una estrategia global, porque este es un problema global», por lo que se deben «aplicar medidas de control integrado mediante la utilización de productos larvicidas», recomiendan los investigadores en el artículo científico. «Y sólo en casos estrictamente necesarios —añaden— y justificados desde el punto de vista socio-sanitario, se deberían realizar tratamientos contra los mosquitos adultos».

El insecto «autopista»
El mosquito tigre (Aedes albopictus) se detectó por primera vez en España en agosto de 2004, en el municipio barcelonés de Sant Cugat del Vallés. «En una década se ha extendido progresivamente desde el norte de Cataluña hasta la Región de Murcia». En la Comunitat Valenciana se detectó primero en la provincia de Alicante, «lo que parece confirmar que el Aedes albopictus aprovecha más los transportes antrópicos que los naturales, ya que su capacidad de vuelo es reducida», señalan los autores del artículo en la revista científica. Incluso se especula que «la extensión desde Cataluña hacia el sur se haya realizado a través de las carreteras que recorren la costa mediterránea, en los vehículos» por lo que se ha bautizado al mosquito tigre como el «insecto autoestopista».
Los investigadores también han hallado «huevos en cargamentos de neumáticos usados, transportados desde largas distancias (ésta fue la vida de entrada en Italia, Francia o Bélgica)». Y añaden que «otra vía similar es el transporte de productos de jardinería, como los tronquitos de bambú de la suerte, medio por el cual se introdujo el mosquito tigre en Holanda». Leer noticia completa en levante-emv.com