Favara confía en desbloquear este mes el problema del cruce de la nacional y la comarcal

Viernes, 14 de junio de 2013 | e6d.es
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Los 2.500 habitantes de Favara siguen soportando las molestias derivadas de un nudo de carreteras que les ahoga desde hace años y cuya solución no se ve cercana. El rompecabezas que preocupa al alcalde del municipio, el popular Pedro Juan Victoria, no parece cercano a resolverse, pero la máxima autoridad municipal no quiere que el problema que padece Favara quede en el olvido o sepultado bajo decenas de documentos. Así, confía en mantener este mes una reunión en la Diputación de Valencia, propietaria de la carretera, para iniciar el desbloqueo de este problema que sigue acumulando años sin soluciones. La intención del primer edil es que el proyecto se saque de nuevo a concurso y se sigan quemando etapas aunque la situación actual sea de crisis.
En la localidad ubicada a apenas seis kilómetros de Cullera confluyen tres tipos de carreteras que ocasionan diferentes molestias a los vecinos. Así, la unión entre la carretera comarcal CV-510, que lleva a los vecinos de parte de la Ribera Alta a Cullera y a sus playas, y la nacional 332, provoca un cruce en el que la paciencia ha de ser la nota característica entre los conductores y vecinos.
Las esperas en este conflictivo punto pueden hacerse eternas, sobre todo durante los fines de semana de verano, fundamentalmente en las horas de acceso a las playas. Estas esperas provocan impaciencia entre los conductores, quienes, en ocasiones, realizan maniobras arriesgadas para incorporarse a la carretera nacional.
Cuando se le pregunta a Victoria si una rotonda sería la solución, responde: «Una rotonda o lo que sea. Está claro que el desvío de la nacional no va a hacerse, por la crisis o por lo que sea, pero nosotros no podemos esperar».
El primer edil reconoció que la molestia entre los vecinos es grande y sus peticiones ante el Consistorio no pueden ser atendidas por exceder la autonomía municipal.
Además, el municipio tiene en su término la salida de la autopista de pago AP-7, usada fundamentalmente por quienes tienen como destino las cercanas playas de Cullera.
De este modo, el proyecto de circunvalación del municipio sigue sin elaborarse. La idea inicial sería que los vehículos que llegaran por la CV-510 se desviaran a la izquierda nada más entrar en el término municipal y conectaran con la salida de la autopista para dirigirse hacia Cullera. Sin embargo, la consultora Leying, que estaba efectuando la valoración inicial de este proyecto, entró en concurso de acreedores. De este modo, desde octubre de 2010 nada se ha avanzado, explicó Victoria.  Manuel García.  Leer noticia completa en Las Provincias