Los alcaldes y concejales de los municipios que forman la Mancomunitat del Marquesat (Alfarb, Catadau y Llombai) Santiago Cervera, Francisco Pardo, Manuel Bono, Anselmo Cardona, Salvador Climent, así como el presidente de la misma, Josep Enric Forés, se manifestaron ayer en el Centro de Salud de Catadau para solicitar, una vez más, una atención sanitaria pública, digna y de calidad en los centros de salud de los municipios mencionados, insistiendo en su convencimiento de que la salud no debe ser un negocio.
Denuncian que, pese a reiterar las peticiones y quejas que formularon ya en el periodo de navidades, así como las recientes (hace dos semanas), Ribera Salut ha hecho caso omiso a las mismas y sigue sin ofrecer cobertura médica suficiente en fines de semana (actualmente sólo disponen de un médico una hora al día en sábados, domingos y no laborables) y durante los periodos como Semana Santa, vacaciones de verano (se cierran las puertas a partir de las 3 de la tarde), puentes y Navidades.
A tener en cuenta que la cantidad de tarjetas de atención sanitaria es de una cifra desmesurada, especialmente en Llombai y Catadau, donde superan las 2.100 tarjetas, cuando la recomendación oficial médica indica que la cifra adecuada no ha de superar las 1.500.
Por otro lado, en lo que se refiere a la atención ginecológica, cabe señalar que a pesar de que existe una matrona con destino en Llombai, sólo atiende dos días por semana al Marquesat, prestando sus servicios el resto de la semana en otra zona básica de salud, desatendiendo así su plaza oficial. 
Estas peticiones no son descabelladas, dado que en esas fechas estos municipios duplican prácticamente la población y, sin embargo, en los periodos citados anteriormente, los consultorios disminuyen de forma drástica los horarios de atención. Los alcaldes y concejales critican, asimismo, que no se están cubriendo de forma correcta y eficaz las bajas y vacaciones del personal sanitario.
Manifiestan que son conscientes de la profesionalidad y dedicación del personal que atiende nuestros ambulatorios y centros de salud. Asimismo, las autoridades de los municipios afectados entienden que nada tienen que ver estos profesionales con la política de gestión de negocio de Ribera Salud. No se puede buscar ahorro a base de disminuir la atención sanitaria.
Igualmente, muestran su preocupación por la agresiva campaña de publicidad que está llevando a cabo Ribera Salud, en la que desprestigian al conjunto de la sanidad pública, infundiendo, además, el miedo a los usuarios (incluidos los pacientes con tratamientos oncológicos) bajo el pretexto de que cuando finalice el contrato de la empresa concesionaria, la atención sanitaria se empobrecerá, perdiendo calidad en los servicios y reduciéndose las especialidades.Nada más lejos de la realidad, puesto que la Generalitat Valenciana asegura que mantendrá toda la cartera de servicios y la calidad asistencial, aumentando el número del personal sanitario.