Cullera espera su sanción

El presidente Fabra asegura que el proceso «sigue su curso» y Sanjuán lo asume

«Pasé esa noche y muchas otras preocupado por lo que pudo haber pasado». Las palabras del alcalde de Cullera, el popular Ernesto Sanjuán, en el pleno en que, además de pedir disculpas, explicó lo ocurrido en la noche del 26 de abril, cuando se realizó el lanzamiento de un castillo de fuegos artificiales pese a las advertencias contrarias, no parece que le vayan a librar al consistorio de recibir una sanción por desobedecer estas órdenes. «El proceso sigue adelante», recordaba en El Perelló el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, cuestionado por un incidente que, dejando a un lado las cuestiones ambientales, no afectó a propiedades ni vecinos de la ciudad costera pero que generó momentos de alerta entre algunos propietarios de viviendas. La oposición en el ayuntamiento cullerense, quien, sin éxito, pidió la dimisión de Sanjuán, no confía sin embargo en que el expediente abierto vaya a tener consecuencia práctica alguna. Y si la hay, se preguntan si la hipotética multa, que algunas fuentes sitúan en una cantidad de seis cifras, saldría de las arcas municipales o debería ser el primer edil quien hiciera frente a ella. «Soy mejor alcalde que el día 26», destacó también Sanjuán, quien consideró que había aprendido la lección y «obviamente, si tuviera una máquina del tiempo, no permitiría que se lanzara el castillo». Y para que esta situación no se repita, el pleno aprobó por unanimidad de los ediles presentes buscar un espacio alternativo que no vuelva a poner en peligro la montaña. Las próximas fiestas del mes de abril, por tanto, deberán hacer que los vecinos miren hacia otra parte para contemplar los fuegos artificiales. La oposición duda de que se actúe contra el alcalde y se pregunta quién pagaría una hipotética multa
«Pudo más mantener la tradición que el fax de aviso», reconoció el alcalde en el pleno, quien lamentó lo sucedido aunque agregó que incendios en la montaña a consecuencia del castillo de fuegos artificiales de las fiestas se habían producido «prácticamente todos los años. Yo he hablado con gente mayor del pueblo y me ha comentado casos incluso peores». Eso sí, «de dimisión, nada». Si PSPV y Compromís confiaban en que Sanjuán iba a anunciar su renuncia, nada más lejos de la realidad. Y eso que desde ambos partidos le acusaron de haber puesto en peligro a propiedades y personas. La ironía también fue utilizada por la oposición para destacar que la promoción turística lograda a través del incendio, con imágenes del castillo y la montaña ardiendo, no tenían precio ni comparación con la presencia en ferias turísticas de cualquier parte del mundo. Ya más en serio, Pere Manuel, de Compromís, afirmó que la imagen que se había dado de la ciudad fue «dantesca». Leer noticia completa en lasprovincias.es