La “Rotonda dels Llansols” es una de las zonas más transitadas de Alzira, puesto que es uno de los acceso a nuestra ciudad. Miles de coches circulan por allí a diario. Si uno es de Alzira, no pasa nada, todo queda en casa, pero todo aquel que nos visite, ésta es la primera imagen pachanguera que tiene de nuestra ciudad.
El ciudadano puede anunciar que vende un piso, un coche de segunda mano, un cachorro de caniche, una freidora de patatas, un orinal con pedales, a su suegra o que se va a casar próximamente… No hay límites. Basta con elaborar una pancarta con una sabana vieja y utilizar el tablón de anuncios gratuito que se encuentra en una de las rotondas de la zona de Tulell. Nadie le dirá nada. Además, el anunció permanecerá expuesto hasta que la sabana se pudra.
Al parecer, este servicio público se encuentra a disposición de todos. No hay que preocuparse, ya que las autoridades municipales que pasan por allí están consintiendo este “tablón de anuncios” y no hacen nada por salvaguardar la imagen de la ciudad. Alzira, cada vez, más guapa.
¿Cuántos concejales habrán pasado por ese lugar en estos 6 días? Sean del área que sean, todos son responsables de que Alzira dé una buena imagen.
Del aspecto verbenero de esta rotonda (en las sabanas no acaba la cosa), alguien será responsable, ¿o no?
 
Hasta aquí, el texto que repetíamos una y otra vez con el anterior gobierno de Bastidas. Salvo el número de días, no le quitamos ni una coma. Todo se repite... Al igual que en la película "Atrapado en el tiempo", que transcurre en un pequeño pueblo de Pennsylvania en el que un periodista gruñón y antipático (Phil, Bill Murray) se ve condenado a revivir, una y otra vez, el mismo día.
El ciudadano alzireño, o el que nos visita, cuando pasa por la “Rotonda dels Llansols” tiene la misma sensación que Bill Murray porque... ¡todo vuelve a suceder!
 
 “Llansol”: versió ‘macarrònica’ de Llençol.
 
 
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