Con un recordatorio de las salteadas presencias que han tenido los moros y cristianos en la capital de la Ribera Alta -este año se cumple el 125 aniversario de que unas filàs acompañaron a la Virgen del Lluch en su bajada del ermitorio-, Alfonso Rovira dio por iniciadas las fiestas alzireñas con su pregón. Posteriormente arrancaron los dos bandos ataviados con túnicas y chilabas, en la entrada falsa. Más de 500 comensales degustaron la Olla Mora.
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