Viaje a Cleopea (I) - Relato literario de Eva Borondo

Domingo, 1 de junio de 2014 | e6d.es
• “No fuimos descubiertos en ningún momento por los habitantes inteligentes del planeta, aunque sí por el resto de elementos vivos del lugar…”

Hace tres días que hemos llegado a Cleopea y, sin embargo, no he tenido tiempo hasta ahora para redactar el informe diario de control de seguridad. Es lógico. Ya me lo advirtieron en la Agencia Nauta. Los primeros días después de llegar a Cleopea serán básicamente de supervivencia pero, una vez instalados en un refugio, los cuatro tripulantes de la Starneu podríamos dedicar un tiempo para redactar nuestros respectivos informes sobre el viaje. Bien, pues ahora es mi tiempo y voy a relatar los acontecimientos de los tres días desde nuestra llegada.
La comandante Riske ha dirigido las fases de vuelo y aterrizaje con total seguridad y el equipo al completo hemos llegado a salvo en el Aparato de Descenso k-22.
No fuimos descubiertos en ningún momento por los habitantes inteligentes del planeta, aunque sí por el resto de elementos vivos del lugar, ya que sufrimos un ¿cómo llamarlo? pequeño problema de aterrizaje por un fallo en la distancia que había calculado el Dr. Hamen, quien pudo explicarnos que, en la entrada en la atmósfera de Cleopea, había surgido un imprevisto de densidad. Todo lo que quieran saber sobre el incidente de medidas podrán encontrarlo en el informe del doctor.
En cuanto a la seguridad del equipo humano, que es lo que a mí me corresponde, no hubo ningún problema, aunque durante estos tres días he padecido un gran estrés al tener la obligación de vigilar los elementos vivos y muertos para garantizar un lugar resguardado y libre de amenazas.
Mis conocimientos sobre los habitantes de Cleopea se centran básicamente en los inteligentes, los Civilizados. De los otros, el Instituto Biológico Espacial no conoce mucho más, pero eliminaron el mayor porcentaje de amenazas al aconsejarnos como destino una región muy poblada por estos Civilizados, ya que suelen mantener fuera de su radio de movimientos a los animales y vegetales más peligrosos.
Durante estos tres días hemos tenido que ser sigilosos y ocultarnos de los Civilizados, cosa que no ha resultado difícil, porque caímos en un lugar de espesa vegetación, aunque el equipo estaba muy asustado hasta que, finalmente, la doctora Kleime pudo analizar y comprobar la química del lugar, el aire, el agua y las posibles fuentes de alimento.
Por mi parte, he preferido, como aconseja el manual, hacer rondas nocturnas, para no ser sorprendida por Civilizados o seres salvajes y, durante el día, he sido reemplazada por el doctor Hamen.
Resumiendo, en estos momentos nos encontramos a salvo, en una especie de cueva en el bosque marcado para esta parte de Cleopea. Hemos decidido, finalmente, sentar nuestra base de operaciones en este lugar y la comandante Riske dirigirá los movimientos desde aquí hasta que encontremos otros posibles lugares seguros.
Nos queda un año de investigaciones y supervivencia. Espero que logremos mantenernos vivos durante estos meses hasta que vuelva la nave a recogernos.

Mina Svarzsky, control de seguridad de la Starneu.
(Continuará)