Una mujer va a entrar en la cárcel por un robo de chatarra de hace 5 años

Jueves, 10 de abril de 2014 | e6d.es
• “No hay derecho. Los narcotraficantes en la calle. Los violadores en la calle…”

Dobla dos vaqueros, dos camisetas y dos jerseys. Sobre la cama, coloca gel, un bote de desodorante y colonia. Lo introduce todo en una mochila roja. Besa a su hijo, dormido sobre el sofá, con las noticias de Canal Sur de fondo, y abandona, sin apenas mirar atrás, su casa de tablas y plástico por un camino de tierra, entre chabolas. Son las tres menos cuarto de la tarde. Al otro lado de la carretera, llega el microbús. Sus compañeras, con pequeñas bolsas de plástico, montan en la parte de atrás. Ella cierra la puerta corredera y se limpia las lágrimas. No para de llorar. Luego sube al asiento delantero y dice adiós por la ventanilla. Quedan cinco horas y media por delante. Casi 600 kilómetros. Sevilla-Elche. Mañana por la tarde, después de haber interpretado su papel como actriz en La Casa de Bernarda Alba, recorrerá de nuevo los casi 600 kilómetros entre Elche y Sevilla, bajará del microbús, recogerá su mochila roja y desandará el camino de tierra entre chabolas hasta llegar a su casa, de tablas y plástico. Habrá sido su última función. Será la última noche que pase con su familia.
Al día siguiente, 11 de abril, volverá a llenar su mochila roja, cogerá a su niño de dos años en brazos y caminará, esta vez, hasta la cárcel. Se llama Carina Ramírez y no puede sacarse esa fecha de la cabeza. Cristiano, que padece bronquitis, cumplirá los tres añitos en el módulo de madres de la prisión de Alcalá de Guadaíra, donde Carina vivirá encerrada un año por un robo de chatarras grabado en un programa de televisión. 21 días, se llamaba. 28 años lleva Carina viviendo en El Vacie, el asentamiento chabolista más antiguo de Sevilla. Tiene dos hijos más, José, de 9 años, y María José, de 8, que pregunta insistentemente: “¿Qué día es hoy, mamá?”. El 11 de abril cada vez está más cerca.
 “Hace ya cinco años de eso. No hay derecho. Los narcotraficantes en la calle. Los violadores en la calle… Mi hija necesita otra oportunidad, no es justo”. La entonces presentadora del programa, Samanta Villar, convivió con ellos tres semanas y condujo la furgoneta con la que recogieron el material por el que apenas sacaron 30 euros. “Ella se fue de rositas”, se queja Manuel, que recuerda aquellos 21 días con amargura. Otro hijo de los siete que tiene lleva ya cuatro meses en la cárcel cumpliendo la misma condena impuesta a Carina por el mismo robo. Manuel marca un número de teléfono en un móvil. Es el abogado. “Vale, vale. Pues te paso con Carina”. Acaba de decirle que ingresar tiene que ingresar, pero que están muy cerca de conseguir el tercer grado.
“¿Cómo iba darle de comer a mis hijos? Un robo es atracar un banco, no unas chatarras”. Dice su padre que el kilo de cartón está a nueve céntimos. Leer noticia completa y ver hilo de debate en andalucesdiario.es.