Tipos de piel en la política española

“En tiempos de Felipe IV aumentaron las falsificaciones de algunas monedas en circulación, como el doblón de oro”

Aunque las elecciones que vienen a continuación son las municipales y las autonómicas, el Gobierno de Rajoy se ha apoderado de la campaña mediática en favor de las generales, y creo que por dos razones: Porque ha valorado que con nueve mese de embarazo con Bárcenas no tiene tiempo suficiente para darle la vuelta a las encuestas que indican su caída y porque ocupando la primera página todos los días con sus noticias autocomplacientes, con las cifras de la macroeconomía y con los anuncios de mesa camilla quiere tapar la gestión de las autonomías gobernadas por el PP, en especial de la nuestra, vivero de votos peperos pero conocida en toda España por la corrupción de sus dirigentes, por estar en bancarrota económica y social y, sobre todo necesita Rajoy ocupar la primera página ahora, porque el PP valenciano ya no tiene un canal con la voz de su amo. En esa escena del sofá le pregunta Floriano a Cospedal: "¿No crees, María Dolores, que a lo mejor nos ha faltado darle un poco de piel a cada cifra positiva?". Y Cospedal responde rápidamente: "¡Seguro, seguro!". Como me ha llamado la atención esto de "la piel", he curioseado en algunas fuentes informáticas sobre los tipos de piel, porque creo que no es suficiente con ponerle piel a las cifras, hay que cuidar qué tipo de piel le ponemos a las decisiones y a las obras, ya que todas las pieles humanas no son agradables y algunas pueden ser enfermizas o estar deterioradas. Está la piel seca que puede percibirse como tirante, áspera y tiene un aspecto apagado y lleno de machas (producidas por la corrupción). Es más sensible a la irritación, al enrojecimiento y al riesgo de infección. Si es extremadamente seca, tiene asperezas y callosidades. La piel normal es equilibrada, con poros finos, con buena circulación sanguínea, de textura aterciopelada, transparente y con ausencias de impurezas. Claro que, si en alguna parte del cuerpo humano, el tipo de piel es importante, creo que debe ser en la cara y en las manos. En estas, para no molestar cuando se toca a otra persona o se acaricia a los más débiles y no se les trata a golpe de manos tijeras,  y en la cara, porque, según Cicerón, es el espejo del alma. Resulta que cuando se habla de la piel de la cara no se precisa con tanta sutileza dermoestética sino que somos más directos y decimos, cuando una persona nos ha engañado, que "tiene la cara muy dura". He seguido curioseando sobre esta frase y resulta que nació como consecuencia de la quiebra de 1627, en tiempos de Felipe IV, en la cual aumentaron las falsificaciones de algunas monedas en circulación como  el doblón de oro, de gran valor pero que nadie podía hacer servir en el mercado para llenar la cesta de la compra y por lo tanto se intentaban endilgar  las falsificaciones a los cambistas al obtener monedas de menor valor. Por fin se descubrieron las falsificaciones ya que en la parte de la cara (cara y cruz) era donde más hierro de la aleación se acumulaba y por eso se decía que tenía "la cara muy dura", dando pie al calificativo "caradura" para definir a los falsificadores. Es tan sencilla la parábola que dejo a cada lector sacar las conclusiones. Pero cuidado con quién nos toca, cómo nos toca y con las falsificaciones en campaña que nos querrán meter "gato por liebre". En estos caso, hagamos el conjuro:"Si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta al plato". Suerte.