Próximas elecciones: las miserias del oponente antes que las buenas propuestas

“Nada de coche oficial, hoy tocan abrazos y besos en un paseo por el mercadillo, ese en el que te han visto hace cuatro años por última vez”

Serán aproximadamente ocho meses frenéticos: inauguraciones, visitas a asociaciones de vecinos, besos y apretones de manos.
Saludos, abrazos y, por supuesto, besos en la cena de una ONG que durante meses no recibía subvenciones y que de repente se ha encontrado con los atrasos encima de la mesa.
Proclamaciones, fallas, ¡Uy! que fallas nos esperan. Besos a la fallera mayor, besos a la corte, el saludo al ‘president’, otro beso, en este caso para el ‘president’ infantil.
Nada de coche oficial, hoy tocan abrazos y besos en un paseo por el mercadillo, ese en el que te han visto hace cuatro años por última vez.
Tampoco se olvidaran ni de los empresarios ni de la visita obligada a los hospitales.
Y las frases… esas tampoco cambian,  “hemos cumplido”, “vamos a hacer”, “contamos contigo”, “lo importante es lo que dice la gente” y más besos, esta vez en la visita a un centro de la tercera edad.
Y los plenos municipales… calientes muy calientes, con reproches, acusaciones y mentiras, muchas mentiras, tantas como besos y todo por tu voto.
Veremos cómo emanan proyectos vistosos del fondo de cajones olvidados. Lo que nos espera es un “déjà vu”, es la esencia de la campaña electoral encubierta que ya ha comenzado y que parece que desembocará en unas elecciones municipales en mayo de 2015.
Ahora es el momento del futuro, el momento para las inauguraciones, parece que todos los proyectos tienen aproximadamente la misma duración; 3 años, seis meses y un día, como si de una condena se tratase y no es para menos, intentan hacernos creer que esa estrategia política es una casualidad, siguen tratándonos como tontos y tal y como antaño se inauguraban pantanos hoy inauguran a bombo y platillo instalaciones que si se produjera un adelanto electoral, seguro que también adelantarían la fecha final de obra.
Cuatro años de incertidumbre, de angustia y ahora aparecen todos y todas con la pócima mágica que, según, ellos solucionara nuestros males. Con su cercanía de postín quieren hacernos creer que son de carne y hueso y sin embargo asoma la duda de si son prototipos de androides programados para mentir.
Durante estos meses todo se vende y nadie se da por vendido. Se arrancarán las entrañas unos a otros en vez de destripar sus programas electorales. Estamos cerca del momento en el que comiencen a mostrarnos las miserias del oponente en lugar de convencernos con buenas propuestas y argumentos. No quieren mostrarnos sus programas porque no creen en ellos y les resulta más fácil amedrentarnos con la ineficiencia de los demás.
El guión con final feliz está presente en todos y cada uno de los candidatos y candidatas y lo estará hasta en la más espantosa derrota.
Llega el derroche democrático, llega el “Y tú más”.