Por qué a los árbitros de fútbol se les conoce por los dos apellidos
La “culpa” la tuvo el colegiado Franco Martínez
Andújar Oliver, Ramos Marcos, Medina Cantalejo, Mejuto González o Undiano Mallenco. Nombres familiares para todos los aficionados del fútbol. Los hombres de negro, los del silbato. Como se puede apreciar, a los árbitros en España se les llama por sus dos apellidos, y no sólo por el primero, como se hace en el resto de países. Pero, ¿por qué?
Corría el final de la década de los 60 cuando apareció en el fútbol español el árbitro Ángel Franco. No está muy claro si fue por prevención o porque después de un partido en Sevilla en el que los locales consideraron que les había perjudicado hubo varios periódicos en los que el apellido Franco ocupaba los titulares.
Pero lo que es evidente es que se quería evitar que hubiera noticias del estilo de “Franco lo hizo mal”, “Franco es muy malo”, “Franco no vale para nada”… Incluso algunos medios estaban interesados en buscar esos juegos de palabras para de poder dejar mal a Francisco Franco, por aquel entonces dictador que gobernaba en España. Eso, unido a que en los estadios era muy fácil escuchar cómo le llamaban hijo de tal o hijo de cual, hizo que hubiera una reacción y se censurara el tema. A partir de ahí se empezó a llamar a los árbitros por los dos apellidos. Así, Ángel Franco pasó a ser Franco Martínez, gran árbitro español que estuvo 17 años en la liga española y que llegó a arbitrar en el Mundial de Argentina (1978), aparte de la final de Copa del mismo año que disputaron Barcelona y Las Palmas, partido al que corresponde la foto. Fuente de esta información: mundoarbitraje.
Entrevista a Ángel Franco Martínez
Ha sido uno de los grandes árbitros españoles del pasado siglo. Murciano de nacimiento, es ahora vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros y, desde su puesto, uno de los personajes más influyentes en el fútbol español. Pero si Ángel Franco Martínez llega hasta estas páginas es por haber sido el árbitro que pitó la última final entre el Athletic y el Barcelona hace veinticinco años, con victoria para los bilbaínos por 1-0.
Apellidarse Franco y querer pitar la entonces llamada Copa del Generalísimo era bastante difícil...
Estaba condenado por mi nombre a no poder pitarla mientras viviera Franco. Lo sabía y era consciente de ello. Estuve tres veces como juez de línea antes del cambio de régimen y las tres finales que pité fueron después.
¿Tuvo muchos problemas por apellidarse Franco?
En las diecisiete temporadas que estuve en Primera, aparte de no pitar finales mientras vivió Franco, solamente en una ocasión tuve problemas. Estaba designado para un Real Sociedad - Athletic y me sugirieron que me pusiera enfermo. Al parecer, estaba corriendo por San Sebastián un eslogan que decía algo así como «primero vamos a acabar con éste y luego terminamos con el de Madrid».
-¿Y qué hizo usted?
-Naturalmente, lesionarme. Pero Plaza, que no sabía nada, me mandó a los quince días a un Real Sociedad-Valencia y no pasó absolutamente nada. Leer resto entrevista en elcorreo.com.
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