Los ciudadanos seguimos cargando con la cruz del "y tú más". PP y PSOE siguen con su guerra particular, aquí nadie entierra el hacha de guerra. Vamos a continuar soñando en el día que abran la lata de la reconciliación y nos puedan dejar descansar en paz.
En el paleolítico, los hombres primitivos ya elaboraban hachas con maderas, cuernos y piedras de silex con cantos afilados. De ahí a hoy toda una evolución manual y tecnológica hasta llegar a un hacha incorpórea y cortante que emplean estas criaturas del politiqueo actual en el Parlamento o en las redes sociales.
Los indios apaches se reunían, saltaban y bailaban en un festejo muy peculiar para enterrar el hacha de guerra, acto que significaba el fin de un enfrentamiento. En este bendito país seguimos esperando una nueva generación de políticos sin rencores a los que les preocupe más el interés general que el orgullo de sus victorias dialécticas. Aún nos queda. ¡Pobre España!

._000379