Pánico en un pueblo por una serpiente que salió de un váter y mordió a una mujer

Jueves, 22 de mayo de 2014 | e6d.es
• Cuenta que primero oyó un ruido fuerte y sordo, luego un chapoteo y después sintió la picadura en el culo

En el barrio de A Solaina, una zona residencial de viviendas, comercios y escuelas del municipio de Narón (A Coruña), se ha instalado el pánico después de que el pasado domingo una joven madre y vecina fuese mordida por una serpiente exótica en el váter de su casa.
"En este barrio ya hay psicosis con el bicho", han señalado los vecinos a Efe, que para hacer frente a este temor recurren a litros de lejía. "Esto hace días que es la comidilla. No se habla de otra cosa. Una vez lo vi en la televisión pero era en Filipinas, no en Narón", cuenta Victoria. A su lado, Emi, asiente. Es la vecina del segundo piso del número 3 de la calle Alexandre Bóveda.
Vive encima de Iris Castroverde, la joven peluquera de treinta años con dos niños de 5 y 3 que el domingo por la noche, en torno a las once, se encontró con un ofidio en el baño de su propia casa. Cuenta que primero oyó un ruido fuerte y sordo, luego un chapoteo y después sintió la picadura en el culo. Cuando se incorporó sobresaltada vio como una cola de color amarillo intenso y verde de unos 20 centímetros y del grosor de un vaso de tubo se escurría con el agua de la cisterna.
Ella mismo lo relató en la puerta de su centro de trabajo, todavía un poco desbordada por la repercusión que ha tenido su caso y dolorida por una mordedura en la nalga izquierda que la tuvo la noche del domingo ingresada en urgencias en el hospital ferrolano donde le aplicaron el protocolo habitual de vacunas y corticoides. "Me pasó a mí pero le podía haber pasado a cualquiera de mis hijos", resume Iris. En el bajo del edificio hay una Escuela Infantil Municipal a la que acuden docenas de familias.
Los baños fueron clausurados por la Policía Local nada más tener noticia del suceso y los vecinos cuentan que se lanzaron a tirar litros de lejía, aguafuerte y otros corrosivos para espantar al animal. "Leí en internet que el olor fuerte los alejaba", cuenta Emi, que pasó la tarde del lunes buscando un orinal por miedo a sentarse en el váter. "Sí, con un orinal en el siglo XXI. Es que prefiero mear de pie", confiesa asustada. Leer noticia comleta en lavanguardia.com.