Los otros Santos Griales

Jueves, 27 de marzo de 2014 | e6d.es
• En la catedral de Valencia se conserva un Santo Cáliz cuya autenticidad se ve cuestionada ahora por la investigación de León

«La copa que la comunidad cristiana de Jerusalén en el siglo XI consideraba que era el cáliz de Cristo, se encuentra ubicada en la Basílica de San Isidoro de León». Así lo demuestra «sin lugar a dudas» la exhaustiva investigación científica llevada a cabo durante tres años por los historiadores Margarita Torres y José Miguel Ortega del Río, recogida en el libro «Los reyes del Grial».
Dos pergaminos egipcios originales fechados en el siglo XIV señalan que el cáliz fue enviado al rey de León Fernando el Grande o el Magno en el siglo XI, después de haber sido saqueado de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde había permanecido hasta entonces y desde el siglo IV. La Copa fue trasladada a León desde Denia, cuyo emir había respondido a la llamada de socorro lanzada desde Egipto durante una terrible hambruna, según esta investigación.
El Santo Grial «es tan solo la parte superior del cáliz» de doña Urraca, formada por dos mitades de cerámica unidas en el centro por una «manzana» mandada fabricar por la misma Urraca como custodia del cáliz que quiso adornar con sus propias joyas.
La falta de una esquirla apoyaría la argumentación de estos historiadores. Se cree que cuando Saladino cedió al traslado del Santo Grial exigió quedarse con una esquirla y uno de los pergaminos hallados en Egipto apunta a que al cáliz de Cristo le falta una, la misma de la que adolece el cáliz de Urraca.
Sus pesquisas desmontan, según la medievalista Margarita Torres, la supuesta autenticidad de algunos de los 200 Santos Griales «localizados». Éstos son algunos de los más afamados:

 
El Santo Cáliz de Valencia
Antonio Beltrán, catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza, analizó concienzudamente en 1960 la reliquia de aspecto medieval y ricamente trabajada que conserva la capital valenciana desde 1424 y concluyó que está formada por tres partes de distintas épocas. El Santo Cáliz sería la parte superior, una taza de ágata de origen oriental de entre los años 100 al 50 antes de Cristo y que, según Beltrán, «bien pudo estar en la mesa de la Santa Cena y ser la que Jesucristo utilizó».
Según la tradición, el cáliz empleado por Jesucristo en la Última Cena fue conservado por la Virgen María junto con la Sábana Santa, la corona de espinas, los clavos de la crucifixión y la lanza. Las reliquias fueron repartidas entre los apóstoles y el cáliz correspondió a San Pedro, que lo llevó a Antioquía y después a Roma, donde fue usado por los primeros Papas para la Eucaristía. A partir de ahí la pista se pierde.
Una de las leyendas cuenta que el Papa Sixto II encargó a su diácono San Lorenzo hacia el año 258 que protegiera la reliquia, codiciada por el emperador romano Valeriano, y éste la habría llevado a Huesca. A partir del año 713, el cáliz de piedra habría sido escondido en los Pirineos por la invasión musulmana y tras su construcción, en el monasterio de San Juan de la Peña (Huesca). En 1399, la copa fue trasladada a Zaragoza y en 1424 llevada por Alfonso V el Magnánimo a Valencia, a cuya catedral fue donada en 1437. Leer noticia completa y ver hilo de debate en abc.es.