La transmisión del VIH madre-bebé se reduce la región India de Anantapur

Martes, 23 de febrero de 2016 | e6d.es
• Dos orfanatos de la Fundación Vicente Ferrer dan cobijo y oportunidades a niños afectados por la enfermedad y la discriminación

Se estima que en el distrito de Anantapur, con una población de cuatro millones, hay unas 30.000 personas que viven con el virus del VIH. Esto sigue suponiendo un estigma para quienes la tienen. Andhra Pradesh, donde trabaja la Fundación Vicente Ferrer (FVF), es uno de los estados de la India donde los mitos y prejuicios sobre el VIH están más arraigados. Según la Encuesta Nacional de Salud Familiar, solo el 16% de mujeres y el 15% de hombres expresan actitudes de aceptación frente a los afectados por el virus. Además, en las áreas rurales de Andhra Pradesh, solo el 27,7% de mujeres y el 51,9% de los hombres tienen conocimientos reales sobre el VIH y las vías de transmisión.
Esta situación no la viven solo las personas adultas, sino también los hijos e hijas de estos, debido a la transmisión vertical madre a hijo. En el distrito de Anantapur, el 4,56% de las transmisiones del virus ocurren de esta forma. Debido a este desconocimiento, uno de los principales motivos por los que una familia no se hace cargo de los niños es el rechazo a la enfermedad. ”Algunos niños y niñas no eran aceptados por sus propias familias, o eran escondidos en las casas”, señala Alice Mathew, directora del centro. No poder asumir los gastos para mantenerlo o la falta de acceso a los servicios sanitarios y educativos son otras de las razones.
Muchos de estos menores afectados por el VIH no reciben el cuidado y el tratamiento correcto por parte de sus familias. En muchos casos falta alguno de los progenitores o los dos. Y sin tratamiento, un 60-75% de las niñas/os mueren antes de los cinco años. Para hacer frente a estos casos, la FVF construyó dos orfanatos -en Bathalapalli y en Kanekal- para dar cobijo y oportunidades de futuro a todos ellos.
En cada uno de los orfanatos hay más de 50 jóvenes con edades que van desde los cuatro años hasta los 18. El orfanato de Bathalapalli ha acogido a 55 chicas, de las cuales 22 no tiene ninguno de sus progenitores y el resto solo tiene a su madre o a su padre. “Este es el último recurso. Si pueden, mejor que estén con las familias”, comenta Alice.
 
La vida en el centro
En contra de lo que pudiera parecer, el orfanato es un lugar donde se respira optimismo. Todas las niñas se ayudan entre ellas; las mayores se encargan de las pequeñas. A su vuelta de la escuela, se juntan en el parque infantil para jugar.
Se ha convertido en el hogar de todas ellas, porque hacerlas sentir que tienen una casa propia es una de las finalidades de la creación del orfanato. Además las trabajadoras y profesoras del centro velan por su salud, reciben alimentación adecuada siguiendo un  programa de nutrición que mantenga fuerte su sistema inmunológico. Las profesionales se aseguran de la correcta administración del tratamiento antirretroviral que ofrece el Gobierno. Todas las niñas están escolarizadas en las escuelas públicas.
Con todo, las niñas mantienen el contacto constante con las familias. "Tres veces al año van a visitar sus pueblos. Las familias pueden venir a verles cuando quieran, aunque a veces es imposible porque son de localidades muy lejanas", apunta Alice.
 
El departamento de enfermedades infecciosas
Desde la Fundación, el Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Bathalapalli ha conseguido reducir en Anantapur la transmisión vertical del 30% al 6%, y hasta el 2% en los casos atendidos en el hospital.

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