La prioridad en Nepal, tras el terremoto, es el rescate de personas

Son vitales también el suministro de agua, comida y albergue para los afectados

Se estima que hay más de 8 millones de personas afectadas por el terremoto que asoló Nepal el pasado sábado. La cifra de víctimas mortales, que actualmente asciende a más de 4.300 personas, sigue aumentando a medida que llegan nuevas informaciones desde las áreas de más difícil acceso.
En diferentes zonas de Katmandú varios edificios se han venido abajo y miles de personas se encuentran en las calles ante el riesgo de que los edificios se derrumben. Aún se están produciendo réplicas. Las malas condiciones climáticas y la falta de luz, agua y comunicaciones están dificultando las tareas de rescate. Se trata del peor seísmo que asolado la región del Himalaya en los últimos 80 años. El Gobierno ha declarado el estado de emergencia en las zonas afectadas y ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que envíe ayuda humanitaria. Como especialista en agua y saneamiento en emergencias, estamos centrando la ayuda inmediata para los afectados por el terremoto de Nepal en el envío de suministros relacionados con esta especialidad. El envío consta de depósitos flexibles que permiten almacenar grandes cantidades de agua, puntos de distribución, cubos para que la gente pueda recoger agua y llevarla hasta sus casas, además de placas para construir letrinas de emergencia y plásticos para construir albergues en estos primeros momentos. 
La responsable de WASH (Agua y Saneamiento Humanitario en sus siglas en inglés) de Oxfam Intermón, Mariona Miret, afirma: “En estos momentos las necesidades prioritarias son el rescate de personas, que es la prioridad número uno, el suministro de agua, comida y albergue para las personas afectadas. Muchas personas están durmiendo en la calle y tienen miedo, de hecho el Gobierno les ha pedido que no regresen a sus casas ya que desde el primer terremoto ha habido 65 réplicas. La electricidad y el agua están cortadas, por tanto proporcionar agua potable es una de las prioridades”.
El terremoto golpea un país con unas infraestructuras débiles y altos niveles de pobreza. Shaheen Chughtai, Responsable Humanitario y de Campañas de Oxfam India, asegura que lo que ha ocurrido en Katmandú era un desastre anunciado: “Katmandú era fundamentalmente débil por algo más que su violenta geología. Más de un millón de personas viven allí hacinadas. La mitad de los 28 millones de habitantes de Nepal no tiene acceso a saneamiento y vive por debajo del umbral de la pobreza, una de cada tres personas en condiciones de pobreza severa. Todo eso ya era así antes de este último terremoto. La capacidad de las personas para hacer frente a un desastre de esta magnitud está bastante limitada por la falta de infraestructuras, económicas y sociales, que países más ricos dan por sentado. Miles de nepalís van a necesitar mucha ayuda”.