Pero no solo para nosotros sino también para toda Europa. Ya hace tiempo que de ese País nos llegaron los fundamentos sobre los que se ha desarrollado el pensamiento y la cultura occidentales. Así como nos llegó la "sofía" griega, ahora nos llega, la "elpia", la esperanza del cambio. En la mitología griega, Elpis es la personificación de la esperanza y está representada por una joven mujer que va cargada de flores y con un vaso en forma de cuerno que representa la abundancia. Elpis, el espíritu de la esperanza, fue el único que permaneció en el fondo de la "caja", por lento, cuando Pandora, tentada por la curiosidad, la abrió, dejando salir a todos los males. El domingo pasado, la nueva "Elpis" salió libe y triunfante, con el ramo de flores en su regazo y el cuerno de la abundancia entre sus manos para repartirlas entre los más castigados por la estafa de los poderosos, cuando se abrieron todas las urnas democráticas de Grecia. Todos se empeñan ahora en decir y remarcar lo que es evidente, que España no es Grecia, pero se olvidan que los causantes de la estafa son los mismos, que las medidas austericidas de manos tijeras son las mismas y que el sufrimiento de las personas empobrecidas es el mismo. Porque se trata fundamentalmente de cómo se reparte el "cuerno de la abundancia". El reparto que se estaba haciendo en Grecia como el que se está haciendo en España era y está siendo muy desigual según dice, en su último informe, Caritas Española, que somos la realidad europea, junto a Grecia, más desigual después de Letonia y donde más avanza esta desigualdad. Decía la leyenda que quien poseyera el cuerno, se le concedería todo lo que pidiera. Hasta ahora los eternos dueños del cuerno del capital, ellos mismos se han concedido todo lo que han pedido: Sueldos, sobresueldos, pensiones blindadas, comisiones, intereses, servicios privados y todos los privilegios de una casta. Ahora, la "sofía" griega ha sido tan sabia que ha repartido, para empezar el buen reparto, los resultados electorales sin que nadie tenga la mayoría absoluta y deba pactar con otros. Esto es lo que ha pasado en Grecia, se ha hecho realidad la misma democracia etimológicamente hablando:"Démos, pueblo y krátos, poder". El pueblo, los de abajo han recuperado el poder. Ante esta esperanza griega, unos meten miedo, otros descalifican a sus autores, otros presionan desde los poderes fácticos mundiales para que lo elegido por el pueblo, fracase, que no se extienda por Europa y que no contagie a España.  Podemos evitar que los no elegidos por los votos, imponga su fascista voluntad. Menos mal que Sofía y Elpia, como dos enamoradas, oyendo los gritos de los pueblos, van a pasearse por Grecia y  por Europa, acompañadas por todos los indignados como el 31 en Madrid, repartiendo igualitariamente el conocimiento, el saber y la esperanza de un cambio para bien de todos, pero en especial, de los más empobrecidos.