Igual sería mejor intentar actuar antes del delito, para no necesitar la prisión permanente revisable

Miércoles, 14 de febrero de 2018 | e6d.es
• "Los asesinos más repugnantes merecen recibir penas duras, pero incluso ante la barbarie existen las normas del juego"

Vaya por delante que también tengo familia y ni aun así puedo llegar a entender el dolor indescriptible y desgarrador que sufren los familiares de una víctima de un delito atroz y asqueroso que se lleva por delante la vida de un ser querido, me quedaría muy corto. Supongo que el primer sentimiento que nos viene a la cabeza es el de venganza, aunque eso no vaya a devolver la vida perdida. Somos animales y tendemos a cobrarnos nuestras cuentas, es puro instinto y  ahí poco va a funcionar aquello de la compasión y todo lo que nos convierte en una sociedad. Se resume en un impulso primario, si me matas, mato. Es en ese momento cuando ha de funcionar el sistema, lo llamamos Estado de Derecho,  con su engranaje judicial, que se está deteriorando por momentos, que es lo que evita que esto se transforme en el FarWest y vayamos todos con el Colt por la calle entregados a la venganza y al ojo por ojo.
Por supuesto que los asesinos más repugnantes merecen recibir  penas especialmente duras, pero es que incluso ante la barbarie existen las normas del juego (una vez más, nuestra tan manida Constitución) que dicen que las penas de prisión han de tener un carácter reeducativo (perdonadme que me ría) y eso va en contra de una  prisión permanente revisable, que en el fondo no va a ser más que una cadena perpetua disfrazada pero igual de perpetua que la de países como USA donde ya han aprendido que los delitos no se reducen con penas más severas. Resulta que los asesinatos en USA han aumentado casi un 11% , y eso que allí no es que exista la cadena perpetua sino también la inyección o la silla eléctrica. Igual sería mejor intentar actuar ANTES del delito incidiendo en la educación que es lo que puede originar muchos de estos crímenes. El machismo, la falta de valores sociales, la desigualdad, la falta de motivación, la pobreza o la desesperación pueden estar detrás de casos que abrirían portada en El Caso, si todavía existiese. Pero aquí andamos por otras caminos más de la pose “cara al graderío” para ocultar que hemos retrocedido tanto que la justicia ya confunde delito y pecado. Contra eso poco podemos hacer, quizá esperar mayores retrocesos y encontrarnos con la restauración del Garrote vil o incluso la hoguera. Al fin y a la postre, no sé si creer en la buena intención de nuestros políticos y menos viendo el poco tacto, respeto o delicadeza con la que tratan el tema. A ellos no les mueve con mayor o menor acierto el dolor de las víctimas, necesitan votos y lo harán todo por eso, incluso aprovecharse del legítimo dolor de las víctimas de los crímenes tan execrables. Deberíamos estar atentos.

Salva Colecha
 
* Salva Colecha es colaborador de El Seis Doble. Su espacio, aquí.
* Salva Colecha es autor del blog "
En zapatillas de andar por casa".