“Hay que romper el círculo guerra-hambre para llegar a la meta en 2030”

Sábado, 14 de octubre de 2017 | e6d.es
• La violencia que alcanza masivamente a la población civil provoca desplazamientos de población que huyen con lo puesto


“Habíamos alcanzado una tendencia positiva sin precedentes hacia el final de la desnutrición que las guerras actuales están poniendo en peligro. El mapa de los conflictos mundiales se superpone perfectamente con el de la desnutrición. Hoy más que nunca debemos entender los complejos lazos que unen la violencia y el hambre y poner en marcha todas las medidas necesarias para romperlos si queremos alcanzar las metas que el mundo se ha marcado para 2030”, explica el director general de Acción contra el Hambre, Olivier Longué. “No se trata solo del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 2 sobre hambre y desnutrición: prácticamente todos los demás ODS están supeditados a que el mundo cuente con una población sana y alimentada para poder llevarlos a cabo. La nutrición está en la raíz de todos ellos y es la inversión más rentable para el desarrollo económico y social mundial. La nutrición tiene también un incalculable valor para reducir la violencia en el mundo”, añade. 
 
Las guerras provocan hambre
La violencia, especialmente en las guerras modernas que alcanzan masivamente a la población civil, provoca desplazamientos de población que huyen con lo puesto, abandonan sus medios de vida y se concentran en lugares con agua y saneamiento precarios donde dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. A menudo, cuando esta situación se prolonga (de media un refugiado pasa 17 años fuera de su país, el doble que hace diez años), surgen tensiones con la población de acogida y competición por los recursos naturales o el empleo. En las guerras se abandonan cosechas, se saltan periodos de producción y se interrumpe el abastecimiento a mercados.
 
El hambre provoca guerras
De los 46 conflictos actuales, el 77 por ciento están directamente vinculados a conflictos y el 17 por ciento lo están indirectamente. “No solo hemos podido verlo en las cuatro grandes crisis alimentarias de 2017 (Yemen, Nigeria, Sudán del Sur y Somalia) sino en otros contextos como las guerras con origen en la subida de los precios de los alimentos o incluso algunas como la de Siria, donde entre las causas que originaron el conflicto podría estar la prolongada sequía o en lugares como el Sahel o Kenya donde están creciendo las tensiones entre las poblaciones pastorales en competición directa por los pastos cada vez más secos”, explica Longué.
 
El hambre, un arma de guerra muy barata
Aunque el hambre siempre ha sido utilizada en las grandes guerras “nos preocupa su uso creciente en las guerras actuales, donde intervienen grupos armados con escasos recursos, y que practican sistemáticamente violaciones muy baratas” al derecho internacional humanitario como pueden ser la quema de tierra, la destrucción de ganado y de infraestructuras agrícolas y la obstaculización de la ayuda humanitaria”, explica el Director de incidencia y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre, Manuel Sánchez-Montero.
 
Guerra y hambre, en cifras
- 1 de cada 4 países en el mundo está afectado por conflictos
- 6 de cada 10 personas con hambre vive en un país en conflicto.
- 122 de los 155 millones de niños con desnutrición crónica vive en un país en guerra.
- El origen del 77 por ciento de los conflictos está relacionado con la inseguridad alimentaria.
- En 2017 se ha batido el récord de desplazados desde la II Guerra Mundial: 66 millones de personas.
- Más de la mitad de los refugiados lo son a causa de la violencia, una cifra que se ha doblado entre 2007 y 2015
El Seis Doble | Acción contra el Hambre



 
.-000379